El V Foro de Emprendeduría de la Universidad de La Laguna, celebrado el pasado martes, tuvo como invitado estrella a un experto en estrategias innovadoras y asesor de la Comisión Europea, Javier Megías, que se describe a sí mismo como consultor artesano.

En un tipo de trabajo en el que predominan los anglicismos, ¿por qué llamarse "artesano"?

He trabajado muchos años en el mundo de la consultoría y casi todos ofrecen recetas enlatadas. En el mundo de las "start ups" -empresas emergentes- todo es incertidumbre, por lo que cualquier consejo de este tipo es una barbaridad. Casi seguro que lleva al desastre. Me gusta la versión del artesano que coge un producto y que trabajando conjuntamente con el emprendedor crea algo nuevo.

En una sociedad preocupada por el paro parece que vivimos una burbuja de emprendedores.

Ahora es muy sexy hablar de emprendeduría. Están incentivando que se emprenda a pesar de no tener una preparación específica. Es lo más peligroso que puede pasar. Aunque no existe una bola de cristal, lo correcto sería que los profesionales ayuden a lanzar el producto pronto al mercado y comprobar si funciona. En algunos casos se trata de incrementar las ventas, en otros la conclusión es desistir de la inversión simplemente porque no es rentable.

¿Dónde debería empezar la cultura del emprendimiento?

Tendría que empezar en el colegio. La universidad solo debería ser un empujón y la administración pública actuar como un elemento que la facilite. Si todos estos actores trabajan juntos podremos tener un ecosistema emprendedor. Para ello es necesario que se generen muchos proyectos. De todos los que se presenten, habrá algunos que sean regulares, otros buenos, y otros geniales. Estos últimos serán los que consigan despuntar. No creo que se trate de magia. Se trata de probar y probar.

En Canarias tenemos los elementos básicos como el clima, o el régimen fiscal que favorece la innovación, pero no parece que atraigamos las inversiones.

En mi estancia sí que he detectado a varios inversores pero no de este tipo de empresas que tienen un perfil de riesgo alto. Quieren tener participaciones altas de pocos proyectos cuando lo que hay que hacer es lo contrario, invertir en participaciones pequeñas de muchos proyectos. Lo que realmente hace falta en general, no solo en Canarias, son muchos emprendedores.

¿Como en Emprende.ULL?

En este concurso de la Universidad de La Laguna se ha presentado un número muy bajo de proyectos para esta institución. Debería existir una competición seria que permita mejorar el nivel de calidad. En este sentido es mejor tener muchos proyectos que sean similares y que fuercen a la selección natural. Tenerife es una región maravillosa que tiene muchas similitudes con la comunidad valenciana, que conozco bien, pero aún le falta la masa crítica que le permita despuntar.

En su trabajo visita diferentes zonas del país, ¿hay diferencias?

Todos estamos en lo mismo, en crear ese ecosistema emprendedor que favorezca el éxito. En casi todas las regiones, excepto en puntos concretos como son Madrid y Barcelona, existe carencia de inversores y, especialmente, en la fase inicial, en la que los primeros 10.000 euros permitirán demostrar si el proyecto puede funcionar. Aquí es donde todas las regiones tienen el mismo problema: convencer al tradicional inversor del ladrillo.