ESTAMOS en crisis, no es ningún misterio. Todos hablamos de economía y creemos saber el origen de la crisis: se prestó, a sabiendas, dinero a quien no podía pagarlo, beneficiando a los intermediarios, hasta que la realidad se impuso y la morosidad enfrentó a los bancos con un gran problema. Los bancos son intermediarios financieros que median entre gente precavida y ahorradora y emprendedores que necesitan dinero. La crisis ha hecho que los precavidos aumenten, incluido los intermediarios, y que los emprendedores se enfrenten a una falta de liquidez que les ha abocado a cierres y a expedientes de regulacion de empleo que han originado un gran desempleo.

Se pasó de la crisis financiera a la económica, con empresas reacias a emprender nuevos proyectos y a contratar, situación crítica donde resulta difícil dar consejos. Todas las instituciones, incluida la nuestra, buscan alternativas basadas en que las crisis también suponen oportunidades. Nuestra apuesta es el desarrollo y fortalecimiento de empresas de economía social, más conocidas como cooperativas, apuesta que nos ha hecho emprender, en el Año Mundial del Cooperativismo, unas jornadas temáticas, porque esta alternativa exige no solo formación e información a los emprendedores sobre la metodología de las empresas de economía social, sino también cambio de creencias, actitudes, valores y estructuras. Nuestra sociedad, entorno complejo, caótico y globalizado, lleno de retos y oportunidades, exige de nosotros, representantes públicos, ejercer el liderazgo de propuestas de desarrollo económico.

En el caso de nuestro municipio, apostamos por transmitir los principios y valores cooperativistas, cuya máxima es que la persona es el principio y el fin de toda organización y que todo cambio debe tener como referencia que se trabaja con personas y para personas. Este es el valor de una empresa de economía social: son organizaciones que no se justifican "per se", sino que se manifiestan vivas y eficaces precisamente por su gente, lo que es el principal capital del cooperativismo. La sociedad, pues, espera que las cooperativas y los cooperativistas, actuales y futuros, sean los agentes de cambio que faciliten el tránsito hacia niveles cada vez más elevados de efectividad económica. La sociedad espera que las cooperativas y los cooperativistas, actuales y futuros, ofrezcan resultados de calidad, para superar temores e incertidumbres e incentivar a más personas a tomar iniciativas similares. La sociedad espera que las cooperativas y los cooperativistas, actuales y futuros, generen acciones que promuevan organizaciones eficaces, fuente de confianza en la adversidad. Por ello, estamos obligados a propiciar estas organizaciones, porque son las que, con emprendeduría y trabajo hermanados, pueden responder al cambio, por su capacidad de respuesta unida a las ventajas competitivas que estas organizaciones tienen frente a sus competidoras. Y, por ello, el 25 y el 26 de mayo, la villa de San Juan de la Rambla actuará de anfitriona, en un año enmarcado por la crisis y cuyo sentido de la oportunidad vinculamos al cooperativismo, lo que define el año también. Quedan todos invitados.