El Ayuntamiento de La Laguna demolerá la antigua casa de los maestros de Tejina con el objetivo de que el espacio resultante se pueda destinar a la ejecución de un aparcamiento en superficie. Desde la Gerencia Municipal de Urbanismo se quiere resolver así el grave problema que en este sentido tiene el pueblo de Tejina, cuya falta de plazas de aparcamiento ha sido denunciada en múltiples ocasiones por el sector comercial.

De esta forma, después de que el consistorio lograra, hace casi un año, el desahucio de la única persona que se negaba a abandonar las viejas casas de maestros situadas junto al colegio San Bartolomé, en pleno centro del pueblo de Tejina, el equipo redactor del Plan General de Ordenación (PGO) del municipio trabaja en el ámbito de gestión de la zona.

El edil de Urbanismo, Juan Manuel Bethencourt, detalló que entre los usos que se permitirán en la parcela están el comercial y dotacional y que ya se trabaja con los propietarios de las dos casas anexas para llegar a un acuerdo, a través de un convenio urbanístico, que permita la anexión del solar colindante.

Asimismo, el concejal expuso que "la falta de aparcamiento de la zona representa un problema histórico que repercute en la falta de competitividad de los comercios de Tejina", por lo que el PGO planteará en esta zona un parquin en superficie y otro subterráneo y permitirá compatibilizar el uso comercial y de ocio.

Para llegar a este punto se siguió un complejo expediente administrativo para lograr la desafectación de este inmueble en desuso desde hace años y cuyo derecho de ocupación de la persona que lo habitaba ya se declaró extinguido.

El próximo paso, una vez se redacte el ámbito de gestión a incluir en el PGO, será encargar un proyecto municipal para proceder a su demolición, puesto que, como han corroborado los técnicos, estas casas situadas en la calle Tomás González Rivero, dada su antigüedad, no cumplen con los parámetros de seguridad y normativa exigibles en la actualidad.

Cabe señalar que el inmueble fue construido en la década de los setenta del siglo pasado y funcionó como residencia de los docentes del colegio San Bartolomé hasta hace unos diez años. Actualmente el colegio infantil San Bartolomé dispone de dos enclaves separados físicamente: el ya descrito en la calle Tomás González Rivero, y otro, el principal, en la calle Huroncillo, donde se imparte la enseñanza Primaria y se hallan la mayor parte de sus aulas y el resto de servicios complementarios.

Las casas destinadas a los maestros cumplieron una importante labor social, ya que a muchos profesionales de la enseñanza les eran de gran utilidad, sobre todo cuando eran destinados a zonas lejanas.