Un grupo de 50 vecinos de Garafía se reunieron en días pasados en la casa de la Cultura de Santo Domingo para abordar la situación del futuro parque eólico de Salvatierra y acordar qué acciones desarrollarían para oponerse a la instalación del mismo en las proximidades del principal núcleo urbano del municipio rural.

Los vecinos emitieron un comunicado en el que aclaran que no están de acuerdo con la instalación por múltiples razones, principalmente por la contaminación acústica que afectará a los habitantes de las numerosas viviendas aisladas existentes en su entorno, y a los del núcleo urbano de Santo Domingo, situado a menos de 600 metros del parque.

Se quejan de la expropiación de terrenos para instalar los cuatro molinos previstos y para hacer una carretera que permita a maquinaria de gran tonelaje y tamaño llegar a la zona de instalación. Dicha carretera, que según entienden tiene "unas dimensiones desproporcionadas para las necesidades del vecindario", destroza el paisaje y el entorno de las viviendas de los vecinos, perjudicando en muchos casos su modo de vida y afectando a un bien histórico y cultural del municipio, como es la vía empedrada que une Santo Domingo con Las Cabezadas". Aclaran que se dañará "una zona de especial sensibilidad ecológica, paisajística y etnográfica, como es el barranco de la Luz".

También aseguran que habrá afección a la fauna de la zona, como el cuervo (declarado en peligro de extinción), la pardela cenicienta y el murciélago rabudo, tres especies protegidas por el Gobierno de Canarias en enero de 2010 en áreas muy próximas al parque (entre 200 y 600 metros). A esto se une la contaminación visual, que "destroza uno de los atractivos de la zona: su paisaje".

Despoblación

El colectivo vecinal tiene claro que la instalación eólica autorizada por el Gobierno provocará un gran destrozo ecológico y paisajístico en Salvatierra y en el entorno de Santo Domingo, y además obligará a las personas que residen en las cercanías del parque a abandonar la zona si quieren conservar su salud, produciéndose un despoblamiento total y definitivo.

Por otra parte, dicen que "impedirá el desarrollo de cualquier iniciativa de turismo rural en ese entorno, pues perderá la belleza de su sencillo paisaje y la tranquilidad que le ha caracterizado, llegando incluso a que los propietarios de viviendas y terrenos que no residen habitualmente en el lomo de Salvatierra dejen de acudir allí por el ruido".