El proyecto de ley de presupuestos generales del Estado fue aprobado ayer en el Congreso de los Diputados con los votos del PP, y el único apoyo de UPN, tras tres días de prolongadas sesiones en las que la oposición no ha logrado introducir ninguna de sus 3.100 enmiendas.

El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, explicó a la salida del pleno que "era importante que las cuentas publicas no sufrieran modificaciones, habida cuenta que en su gran mayoría no iban orientadas hacia el rigor que necesitan estos presupuestos".

"En estos momentos de crisis, la aprobación por el Congreso de estos presupuestos es una aportación que hace España al euro", agregó el ministro responsable del proyecto.

En más de treinta horas de debates y votaciones, el Gobierno y el partido que le apoya defendieron una y otra vez que no cabía modificar los presupuestos más restrictivos de la Democracia, centrados en no superar un déficit público del 5,3% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2012, desde el 8,9% de 2011.

De hecho, conseguir este objetivo fue definido como una "obligación patriótica" por parte del ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo.

Sin embargo los diputados de la oposición mostraron su enfado por el "rodillo" aplicado por el PP, e incluso uno de los tradicionales aliados en estos trámites parlamentarios, CiU, acusó al Ejecutivo de "actitud de soberbia y prepotencia".

Por su parte, el diputado de UPyD Toni Cantó recalcó que "en la oposición se hace ética y en el Gobierno, política".

"Es cierto que esto se ha convertido en una especie de debate de totalidad continuo de las cuentas de todos los ministerios, pero en los años de Gobierno del PSOE las enmiendas aceptadas tampoco fueron excesivas y el estudio de las enmiendas del PP tampoco fue exhaustivo. Nosotros creemos en nuestras cuentas y valoramos mucho las enmiendas de la oposición", replicó el portavoz económico del PP, Vicente Martínez-Pujalte.

Por eso, el portavoz adjunto de UPyD, Carlos Martínez Gorriarán, consideró "urgente" reformar la dinámica del debate, que "no despierta interés público y no llega a la gente porque es redundante, poco práctico y, por tanto, poco político". "Espero que no sea la mala conciencia la que nos obligue a estar aquí 15 horas seguidas metidos para que todo el mundo vea que somos capaces de flagelarnos, y que podamos elaborar un sistema más racional de discusión", sentenció.

Ahora el texto pasará al Senado, donde quedará definitivamente aprobado en torno a la tercera semana de junio si se repite el mismo esquema y no se dan luz verde ni a enmiendas ni a vetos, algo previsible, ya que el grupo popular también goza de mayoría absoluta en esa Cámara.

Entre las enmiendas más destacadas de la jornada figura la presentada por ERC en la que pedía una rebaja de la asignación a la Casa Real, que fue rechazada con los votos de PP, PSOE, CiU, CC-NC, UPN y Foro.