Un vehículo singular de color blanco recorre las calles y carreteras de Tenerife. Tanto las pegatinas como el dispositivo que corona el techo lo delatan. Es un coche de Google Street View que registra imágenes en su recorrido con el fin de actualizar el callejero virtual del conocido buscador. En la isla no se actualiza desde noviembre de 2008.

La flota de coches que recorrerá las carreteras de toda España inició su andadura el pasado 26 de abril. No existe un valor prefijado de cuánto les lleva cubrir cada lugar, porque depende de muchos factores que pueden cambiar en el tiempo que toman las fotografías. Según recalca Anaïs Pérez Figueras, jefa de prensa de producto de Google, "la climatología o el tráfico son solo algunos de los elementos que pueden interferir en el tiempo en que se invierte en cubrir una zona determinada. De esta manera puede costar varios meses cada área". El propio buscador ofrece detalles de cuándo se puede esperar la actividad de estos vehículos: es necesario que la altura del sol sea la suficiente para que las sombras no oscurezcan los edificios.

Meses de trabajo

Realizar un callejero virtual requiere además de alta tecnología mucho tiempo. No es un trabajo sencillo, aunque tampoco requiere ser un ingeniero de Google. "Los conductores son personas que han sido contratadas para realizar esa actividad, pero no tienen conocimiento detallado del proyecto", indicó Pérez. Aunque exista un recorrido predefinido, puede verse alterado debido a la imposibilidad de acceso a determinadas zonas, o por que la propia climatología impida registrar imágenes con la suficiente calidad. "Los coches de Street View en ocasiones circulan más de una vez por cada zona en un periodo de varios días, de manera que el sistema seleccione a posteriori de forma automática las imágenes que tengan más calidad para incluirlas", afirmó Pérez. "Desde que se captan las imágenes hasta que se suben a la web pueden pasar meses", destacó.

Desde el año 2010 este servicio ha estado rodeado de polémica, ya que Alemania alertó de problemas de privacidad. Los vehículos además de recoger imágenes, registraban y almacenaban datos de redes inalámbricas (wifi) que encontraban en su recorrido. Por este motivo la compañía informó en esta ocasión a la Agencia de Protección de Datos que iba a iniciar una nueva campaña en la que explícitamente reconoce que no captará este tipo de datos, e indica las medidas que han tomado para garantizar que las imágenes registradas cumplen la legislación española en relación a la privacidad.

Una de las características más curiosas que ofrece un servicio similar del propio buscador, Google Earth, permite comprobar cómo han cambiado a lo largo del tiempo las zonas fotografiadas con imágenes de satélite o aéreas. Sin embargo, según confirmó Pérez, Google Street View no permitirá comprobar la evolución a pie de calle, aunque tenga fotografías de diferentes años.

Los ojos que todo lo ven

Las cámaras están montadas en la parte superior del vehículo, de tal forma que obtienen fotografías que se solapan. De forma automática se alteran las zonas comunes para minimizar el efecto que produce fotografiar desde diferentes ángulos y se “cosen” las instantáneas para crear la imagen panorámica de 360 grados.

Construir un callejero virtual requiere respetar la legislación de cada país. Por norma, se difuminan las caras y matrículas de los coches que aparecen en las imágenes. En caso de que se quiera difuminar una zona mayor o que se detecte un contenido inaceptable, la web ofrece un acceso que permite solicitar el cambio o retirada de la imagen.

Al mismo tiempo que se toman las imágenes se registra la posición con GPS y otros sensores que miden la velocidad y dirección del vehículo, o miden la distancia respecto a los edificios con láseres.