El grupo BFA-Bankia, del que forma parte La Caja Insular, pidió ayer al Estado una ayuda pública de 19.000 millones de euros, que se sumará a los 4.465 ya inyectados, en lo que supone el rescate más caro de la historia financiera española.

La ayuda, según el hecho relevante comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, forma parte del plan de saneamiento y recapitalización que aprobó ayer su consejo de administración, y que le permitirá afrontar el futuro con una mayor solvencia. Los 19.000 millones servirán para hacer frente a las provisiones inmobiliarias exigidas por el Gobierno, así como a las necesidades de capital detectadas por la auditoría realizada por Deloitte, la auditora que se negó a firmar las cuentas hasta que se corrigieran estos desequilibrios.

La cifra solicitada por BFA-Bankia sorprende por lo elevado de la cuantía, que excede con mucho a los 15.000 millones que el ministro de Economía, Luis de Guindos, dijo que aportaría para todo el sector en su conjunto.

Impacto "neto"

En realidad, el grupo reconoce unas necesidades de provisiones y de capital mayores de unos 25.000 millones, aunque el impacto "neto" quedará en unos 19.000 millones.

La mayor parte corresponde a la cartera inmobiliaria, con unos 12.745 millones. A esta cifra se unen unos 5.500 millones de euros en saneamientos, a los que deberá hacer frente en el resto de la cartera crediticia si empeora la situación financiera.

Adicionalmente, el grupo BFA-Bankia necesita 6.700 millones para hacer frente a las minusvalías en activos fiscales y en su cartera de participadas, que han quedado valoradas a precios de mercado.

De hecho, este era uno de los puntos de fricción con Deloite, pues la auditora se quejaba de la elevada valoración que BFA daba a su filial Bankia, y que en su opinión no se ajustaba a la realidad.

La matriz tenía valorada su participación en la filial en unos 12.000 millones, cuando su valor a precios de mercado es de menos de 1.500 millones. Ahora esta situación queda corregida.

El saneamiento del grupo se realizará en dos fases, aunque antes se deberá completar la nacionalización de Banco Financiero y Ahorro (BFA), la matriz de Bankia.

Para ello, se deben convertir en acciones los 4.465 millones de euros que el Estado tenía en participaciones preferentes de BFA.

Con posterioridad, el Estado suscribirá una ampliación de capital de 19.000 millones en BFA, lo que tendrá lugar a lo largo del mes de junio. Finalmente, BFA procederá a la recapitalizar su filial, Bankia, con una inyección de unos 12.000 millones de euros.

Lo hará a través de una ampliación de capital en la que los actuales accionistas tendrán un derecho de suscripción preferente para los accionistas existentes. Se espera que la ampliación de capital en Bankia se complete en octubre.

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