Bankia cerró el año pasado con unas pérdidas de 2.979 millones de euros y no con los 309 millones de beneficio que dijo en febrero pasado, cuando la entidad no había sido aun nacionalizada ni las cuentas auditadas.

En un comunicado, la entidad informó ayer de la reformulación de sus cuentas, así como de la renuncia masiva de dieciséis consejeros, procedentes de las cajas de ahorros que dieron lugar a Bankia, y que permitió al nuevo equipo gestor renovar y profesionalizar este órgano de gobierno.

Entre los que abandonan el consejo se encuentran el vicepresidente Francisco Pons Alcoy, que representaba a Bancaja, así como sus compañeros valencianos Francisco Juan Ros, la catedrática Araceli Mora Enguidanos, y el castellonense Antonio Tirado, actual presidente de Bancaja.

También han cesado los representantes de partidos políticos, como José Antonio Moral Santín, de Izquierda Unida, y el exministro Virgilio Zapatero, del PSOE, y Carmen Cavero Mestre, cuñada de Ignacio González, vicepresidente de la Comunidad de Madrid.

En el nuevo consejo, entran José Sevilla, persona de confianza del nuevo presidente, José Ignacio Goirigolzarri, y que ocupa el cargo de director general de Presidencia. Todos los nombramientos, que se produjeron por cooptación, deberán ser refrendados por la junta de accionistas de Bankia que se celebrará en unas semanas.

Goirigolzarri está previsto que presente hoy los planes de saneamiento de la entidad.

Entre tanto, el temor a que Grecia abandone el euro, unido a las dudas sobre la solvencia del sector financiero español, dispararon la prima de riesgo a su máximo histórico desde la llegada de la moneda única. Eso sí, la bolsa nacional logró repuntar un 0,13 %