Por encima del puente Zurita la naturaleza es casi salvaje. Los parterres y las jacarandas que se plantaron en la acera del barranco de Santos no conocen la tijera del podador. Al menos así lo aseguran Juan Marichal, de la asociación de vecinos La Arboleda, y Rosa Velasco, vecina de la calle Diego Crosa, donde se encuentran los árboles.

Los parterres con el riego están totalmente atascados, llenos de malas hierbas que ningún operario municipal limpia, a pesar de las reiteradas peticiones de Rosa. "Llamé a Parques y Jardines para que limpiaran las pocetas y me dijeron que no podían porque la obra del barranco de Santos no estaba entregada", asegura.

Con esta misma excusa se dejó cerrado y sin usar el equipamiento de Diego Crosa, que EL DÍA publicó el pasado miércoles que había sido destrozado y que había ocupas en sus novísimas instalaciones.

Las jacarandas, de esta forma, tampoco están entregadas, lo que en la práctica supone que nadie se preocupa por ellas. Marichal asegura que más de una persona se ha golpeado por las ramas que Parques y Jardines no se preocupa de podar. Ni tampoco de limpiar las flores moradas o rojas que caen de los árboles de este barrio al suelo.

"Se han caído varias personas", explica Marichal, para quien las hojas y flores en el suelo representan un peligro para las personas mayores y no tan mayores.

Rosa se queja de que "aquí no viene nadie a limpiar". "Vas a los organismos públicos y todo está limpito, pero nosotros no tenemos derecho", critica.

Marisa González es una de las vecinas que sufrieron una caída por culpa de las flores y hojas caídas en la acera. Explica que no quiso que avisaran a una ambulancia porque su marido era ATS. Por esto, asegura, el anterior grupo de gobierno del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife le negó cualquier tipo de indemnización o compensación económica.

Las hojas y flores sin barrer se suman, en algunos tramos, al mal estado de la acera de Diego Crosa frente al barranco. Marichal explica que durante la realización de las obras del edificio de la Fundación Emmasa, los camiones se subían a la acera y terminaron rompiéndola. "Arreglaron una parte, pero no toda" tras finalizar la obra y algún vecino también se ha caído en este tramo.

Cierra las quejas sobre suciedad un solar sin tapiar situado entre Ramón Gil Roldán, Veremundo Perera Soler y Diego Crosa. Éste cuenta con un pequeño muro que lo separa de la acera, pero los vecinos aseguran que algunos dueños llevan a sus perros allí a hacer sus necesidades y que se ha convertido en foco también de desperdicios. El solar cuenta con dos grandes carteles que prohíben que los perros defequen allí, pero los vecinos aseguran que los dueños no hacen caso.

Además, otro de los temas que preocupa a los vecinos es la precaria situación en la que ha quedado la acera frente a la parada del tranvía. Un muro lleva años delimitando una obra parada y hurtando a los vecinos y paseantes más de la mitad de la acera.

La situación es incómoda para unos, imposible para otros y peligrosa para casi todos porque los peatones se ven obligados a cruzar por el medio de la carretera y las personas con movilidad reducida o con carritos de bebé no pueden pasar. Lo peor es que estas situaciones no son nuevas y los vecinos consultados se quejan de la dejadez en la que se encuentra el barrio. Un lugar donde la naturaleza no es bella sino peligrosa.