HE TENIDO que contenerme para no gritar algo así como: "¡Se ha producido un milagro!", cuando he leído en la prensa que las dos universidades de Canarias han llegado a un acuerdo no solo de compartir profesorado, sino de poner en práctica una verdadera fusión al acceder a crear titulaciones comunes.

Llama positivamente la atención de los que vivimos y, diariamente, recibimos noticias cada vez peores de los gobiernos estatal y autonómico que a esta esperanzadora situación se haya llegado en la reunión de la Conferencia de Consejos Sociales de Canarias, a la que asistieron los rectores de la Universidad de La Laguna, don Eduardo Doménech, y el rector de la Universidad de Las Palmas, don José Regidor.

En el encuentro se estudió la necesidad de buscar mecanismos de coordinación entre los dos centros de enseñanza superior; un conjunto de titulaciones de acuerdo con las necesidades sociales, teniendo en cuenta que es necesario un diálogo entre las universidades para crear nuevos títulos, ya que hay que evitar la duplicidad. La medida abre camino a la oferta de títulos conjuntos en los dos centros sin la pérdida de autonomía de cada uno de ellos y sin la necesidad de nuevas contrataciones docentes en futuras ofertas. Los profesores se desplazarían porque será más barato que contratar nuevos docentes. La propuesta es factible tanto para titulaciones de grado como de máster.

La reunión fue presidida por los titulares de los Consejos Sociales de Canarias Lotthar Siemens, de la Universidad de Las Palmas, y José Miguel González, de la Universidad de La Laguna. Se habló de la crisis actual y se cerró filas en lo que afecta a la necesidad de salvaguardar el futuro de las universidades canarias.

En comentario anterior pedí para las universidades canarias algo parecido a lo que ha sido oficialmente acordado. Ha sido una coincidencia y no otra cosa. Se han perdido muchos años, los que se han esperado para lograr esa palpable colaboración que se hacía necesaria para la población docente del Archipiélago. Pero, en este vital caso, nunca es tarde. Por fin llegó la esperada colaboración, y eso es lo que importa, y se abre un nuevo y prometedor período para nuestros estudiantes, que ya no tendrán que trasladarse a las universidades de la Península, porque entre La Laguna y Las Palmas cubrirán las necesidades de las facultades que nos faltan.