Pedro Cordero regresó ayer de La Línea de La Concepción "contento y satisfecho" por el resultado y el trabajo realizado por el Tenerife en el partido con la Balona, pero avisó de que "la eliminatoria no está decantada", de manera que se mostró exigente con los jugadores con vistas al encuentro de vuelta del próximo domingo. "Queremos más".

El director deportivo del Tenerife aseguró que el conjunto de Quique Medina afronta "con confianza" el segundo encuentro de la eliminatoria no solo por el triunfo por 0-1, sino "porque el equipo tuvo un empaque distinto, fue muy sólido y muy serio, y contrarrestó bien la velocidad del rival y el fútbol fluido que realizó en la parte final". Cordero destacó que el entrenador planteó "muy bien" el partido y recordó que el Linense "apenas creó ocasiones de gol, quitando las que tuvo en los últimos minutos, en el impulso final y con la afición volcada". El cartagenero admitió que en esa fase el Tenerife "estuvo más dubitativo", todo lo contrario que en el resto del choque. "El noventa por ciento del tiempo estuvimos tranquilos, haciendo las cosas bastante bien", señaló.

No obstante, advirtió de que "la eliminatoria está al cincuenta por ciento" y puso de relieve que la Balona es "un buen rival", un conjunto que "puede despertar en cualquier momento", por lo que no dio por resuelto el doble enfrentamiento pese a la ventaja obtenida por el Tenerife en La Línea y por jugar dentro de cinco días como local. "Tendremos que ser muy precavidos y respetuosos y hacer un buen partido", aconsejó.

El dirigente insistió en que "una eliminatoria nunca está decantada" hasta que no termina el partido de vuelta. "Iremos con la máxima precaución, pero también con la convicción de que queremos pasar a la siguiente ronda".

Del resto de duelos, confesó que lo único que le llamó la atención fue que el Lugo "volvió a despertar" con el 3-1 al Baleares.