La profunda crisis económica que azota España desde 2008 ha disparado el número de personas que son incluidas de forma indebida en archivos de morosos, sobre todo en los sectores de las telecomunicaciones y bancarios, según el director de la Agencia Española de Protección de Datos, José Luis Rodríguez.

A punto de cumplir un año al frente de este organismo, Rodríguez destaca, en una entrevistas con Efe, lo fácil que es entrar en internet y lo difícil que puede ser borrar el rastro, la necesidad de disponer de instrumentos para verificar la edad de los internautas, o cómo va a ayudar el reglamento que prepara la Unión Europea a poner coto a las grandes empresas que operan desde fuera de las fronteras del continente.

Durante ese año ha comprobado cómo han crecido las denuncias de quienes sienten vulnerado su derecho a la protección de sus datos (en 2011 un 50%), debido -explica- a la creciente concienciación de los ciudadanos sobre la protección de su privacidad y al conocimiento cada vez mayor de los instrumentos que tienen a su disposición para protegerla.

Rodríguez apunta que la mayoría de esas denuncias está relacionada con videovigilancia y con la inclusión "indebida" en ficheros de morosidad, y señala "sin lugar a dudas" que la crisis está detrás de esas infracciones, a pesar de que la ley establece de forma clara las condiciones que se deben cumplir antes de incluir a una persona en un fichero de morosos.

"Esa inclusión es en muchos casos indebida, porque no se trata de una deuda cierta; porque no ha sido debidamente reclamada, o porque no se ha comunicado previamente al afectado", señala José Luis Rodríguez, quien alerta de la trascendencia de esa inclusión.

Entre los asuntos que están centrando la actividad de la AEPD durante los últimos años, Rodríguez cita internet en general y la utilización de las redes sociales en particular, y advierte de la "perversidad de origen" sobre la que se asienta el modelo de negocio en la red.

"Internet ofrece una pluralidad de servicios muy útiles, muy atractivos y muchos, aparentemente, gratuitos", observa el director de la Agencia, quien advierte, no obstante, de que esos servicios se financian al cien por cien con publicidad y para que esa publicidad sea efectiva han desarrollado técnicas muy sofisticadas que permiten conocer cómo se comporta cada usuario y disponer de un perfil de sus gustos e inquietudes.

"Internet no es gratuito, se paga con privacidad", concluye el director de la Agencia Española de Protección de Datos, antes de alertar de lo fácil que resulta entrar en la red y lo difícil que es salir y borrar el rastro que se ha dejado en ella. Se trata, a su juicio, de la primera vez en la historia en la que resulta más barato conservar información que borrarla, debido a la capacidad prácticamente ilimitada de las memorias digitales.

Rodríguez insiste así en la responsabilidad de las empresas que trabajan en la red, sobre todo de los potentes "buscadores" que indexan la información prácticamente de por vida, pero también de las personas que vuelcan información e imágenes personales, sobre todo de menores.