Solo en cuatro comunidades autónomas ha aumentado el desempleo. Una de ellas es Canarias, y por si fuera poco, ha sido esta en la que más lo ha hecho, con notable diferencia con esa otra región que arroja números rojos en cuanto a empleo (Extremadura) y a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla; un dato esperado por lo que respecta a dichos enclaves, ya que, al igual que Canarias, son territorios colonizados por España en un continente ajeno al suyo. El aumento del desempleo en Extremadura ha afectado a 217 personas, mientras que en Ceuta y Melilla han sido 99 y 1.087, respectivamente, las que han perdido su puesto de trabajo. Cifras muy alejadas de los 4.476 nuevos parados registrados en Canarias. Añadimos que en España el desempleo ha descendido en 30.113 personas durante el citado mes de mayo. Una vez más, a la metrópoli le va mejor que a sus colonias.

Hemos sido un tanto exhaustivos a la hora de mostrar estas cifras en el comienzo del editorial de hoy porque los números hablan por sí mismos de un problema que venimos señalando desde hace tiempo. Un problema que se llama Paulino Rivero; la peor desgracia que le ha caído a Canarias en toda su historia. Paro, hambre, emigración, muertes en las listas de espera hospitalarias, falso nacionalismo, despotismo político y hasta la destrucción de un partido político, Coalición Canaria, en el que antes creíamos y es nuestro deseo volver a creer en él, siempre y cuando se desprenda de los inútiles y traidores políticos que están hundiendo en la miseria a esta tierra. Porque, o CC expulsa a Paulino Rivero y a su pandilla, o delenda est CC.

Un canalla político como Paulino Rivero, que ha hundido en la más negra de las miserias a unas Islas que antes eran afortunadas y envidiadas por el mundo entero, no puede seguir ni un día más al frente del Gobierno regional. Es inconcebible que el desempleo aumente en el Archipiélago y descienda en España, pese a que España es un país empobrecido y en bancarrota, mientras los canarios tienen al alcance de sus manos unos recursos que les permitirían vivir como los ciudadanos de los países más ricos del mundo. Sin embargo, esos recursos no podemos administrarlos en nuestro beneficio ni podremos hacerlo mientras no seamos una nación soberana con su propio Estado. Algo, la consecución de la independencia, que debería ser el objetivo primordial de CC si realmente fuese un partido nacionalista. No obstante, los auténticos nacionalistas, los verdaderos patriotas escasean en CC. Lo peor es que esas pocas voces que podrían alzarse contra la opresión española están silenciadas por la tiranía de este bruto político que nos gobierna mediante un pacto tramposo con los que, al igual que él, perdieron las elecciones.

El crimen político que está cometiendo Paulino Rivero con su cerrazón de seguir al frente de esta mal llamada comunidad autónoma española -porque somos una nación y no una autonomía española- es aún más reprobable porque él mismo es consciente de su incapacidad como gobernante. Sabe que manteniéndose en la poltrona le está causando un grave daño al pueblo, aunque ha demostrado sobradamente que no le importa el pueblo ni las calamidades que están padeciendo los canarios por su culpa; por culpa, asimismo, de un pacto suscrito con un partido perdedor -lo reiteramos- que es cómplice de Rivero en su catastrófico gobierno. En este aspecto nos quedamos con una frase de Antonio Basagoiti, presidente del PP en Vasconia: "El PSOE no puede ni debe sacar pecho después de cómo ha dejado a España".

Parafraseando a Basagoiti, es un crimen de lesa humanidad que Paulino Rivero siga presidiendo el Gobierno de Canarias después de cómo ha dejado a estas Islas. Paulino Rivero, político bruto y ruin -hablamos siempre refiriéndonos a su faceta de hombre público- debería ser juzgado popularmente y condenado al exilio perpetuo por incompetente, por egoísta, por mago retorcido, por traidor político y por perjudicar a Tenerife. Y también por despilfarrador; aspecto este último en el que coincidimos con lo dicho en su artículo de ayer por nuestro articulista Andrés Chaves respecto a los coches oficiales y otras prebendas de las que gozan los políticos canarios, concretamente los que tienen algún cargo público. Afirma Chaves que los políticos tienen que empezar a ser normales. "En Suecia, los ministros van a trabajar en bicicleta", escribe acertadamente. "Aquí no hay terroristas, ni es preciso disponer de medidas de seguridad para salvaguardar la vida de las autoridades. Todos los escoltas, a los coches patrulla, a proteger a los ciudadanos. En Madeira el presidente va sin escolta. ¿Por qué en Canarias tiene que llevarla? Y cuando haya un acto oficial, el presidente y los consejeros van en sus modestas berlinas y ya está. No se debe aparentar más de lo que uno tiene. Y, ¿saben?, ya no tenemos nada. Somos pobres de solemnidad". Y más pobres vamos a ser por culpa del nulo político ya mencionado. Al eliminar los coches oficiales, o al reducirlos al parque estrictamente necesario, no solo se ahorra el coste de los vehículos. También se suprimen los sueldos de los chóferes, con las correspondientes horas extras, y el gasto de combustible.

La esperanza, lo repetimos, está en que el ya inminente congreso de la coalición nacionalista -por llamarla de alguna forma- expulse a Rivero, a su esposa Mena y algunos más, como son los miembros de CC que forman parte del actual Gobierno regional, así como a otros igualmente nefastos como lo son Ana Oramas, Barragán, Ruano, los hermanos Ríos -incluido su papá, el de las aguas asimétricas; el que se estuvo divirtiendo a costa de los canarios mientras cobraba un sueldo pagado por el pueblo- y todos los mariachis que viven como zánganos a costa de unas Islas a las que tanto perjudican. En definitiva, si Coalición Canaria no emprende un cambio radical, no se salva de desaparecer en todo el Archipiélago como ya ha desaparecido casi por completo en Las Palmas. Ya se encargará EL DÍA de ir descarnando el cuerpo ruin, cada vez más cadavérico y hasta esquelético, del falso nacionalismo de CC. No vamos a consentir que unos cuantos bolsilleros y vividores políticos les sigan tomando el pelo a los canarios con juegos de niños tontos, como decíamos en nuestro editorial de ayer. ¿Qué es eso de un Estado dentro de otro Estado? Lo que necesitamos es la independencia sin perder ni un día más, porque el tiempo corre en contra nuestra. No para que consigamos nuestra libertad, porque independientes vamos a serlo antes de lo que se imaginan muchos, sino porque cuanto más tiempo pase más largo será el sufrimiento de los canarios que pasan hambre.

Acabamos este editorial con unas líneas dedicadas a un chiquito de Las Palmas que ha vuelto a meter la pata. Critica este muchacho, situado al frente de un periódico que vive gracias a las ayudas de Rivero, nuestra defensa de la independencia de Canarias. Dice al mismo tiempo que Canarias ha sido, es y será parte del Estado español. ¿Qué coño le debe Canarias al Estado español? "Y es que se empieza llamando Radio Nacional de Canarias a una emisora autonómica y se acaba por abrazar las disparatadas proclamas independentistas del periódico EL DÍA", escribe este muchachito, por lo demás carente de educación, urbanidad y buenos modales. ¿Pero qué sabe este tolete lo que es disparatado y lo que es sensato? Lo insensato es no amar a la tierra en la que uno ha nacido. ¿Dónde está su amor por Canarias? ¿Qué harán en su periódico cuando llegue la independencia de Canarias y ya no tengan a un Rivero que los subvencione? ¿No se da cuenta este chiquito de que lo auténticamente disparatado es lo que él escribe?