Las personas con VIH-sida que se encuentran en situación de dependencia y no tienen ni recursos económicos ni apoyos familiares suficientes no pueden contar con la posibilidad de entrar en un centro residencial público, puesto que una ley del Gobierno de Canarias -que es el encargado de regular el acceso a los centros residenciales sociosanitarios de mayores- excluye a los solicitantes con enfermedades infectocontagiosas. En concreto, el decreto 236-1998 excluye a los solicitantes de plazas en centros sociosanitarios que presenten una enfermedad infectocontagiosa" e integra al VIH-sida dentro de este grupo.

"No se puede utilizar el concepto de enfermedad infecto-contagiosa para denegar una plaza, sobre todo porque el VIH es una enfermedad crónica transmisible, es decir, se transmite a través del contacto directo de una herida abierta con determinados fluidos como son la sangre, el semen y las mucosas vaginales y anales. No se puede confundir con una enfermedad infectocontagiosa en el sentido de que el Virus de la Inmunodeficiencia Humana no se contagia a través del aire, no siendo, por tanto, una causa de alteración de la normalidad de la convivencia en un centro", aclara el presidente de Unapro, la asociación especializada en la ayuda y protección de los afectados por VIH-sida de Canarias, Nicolás García, que confirma la presentación "inminente" de una queja ante el Defensor del Pueblo y el Diputado del Común por discriminación hacia este colectivo.

"El VIH-sida no puede ser excluyente, sobre todo cuando hablamos de personas que cumplen todos los requisitos para entrar en un centro de mayores porque se encuentran en situación de dependencia y necesitan un recurso público residencial", insiste García, que lamenta que "siga el mismo desconocimiento de la enfermedad que hace 30 años y se trate de apartar del resto a los que tienen VIH-sida".

"Hablamos de personas que no tienen ninguna necesidad diferente al resto de los usuarios. No requieren mayores cuidados ni tratamiento diferenciado. ¿Cuántos mayores tienen dos, tres o cuatro enfermedades complicadas y se les acepta? No necesitan ni más espacio, ni más personal, ni una alimentación diferente, se les excluye porque sí, porque ni siquiera se les da la opción de conocerlos y se les echa a un lado exactamente igual si tuvieran enfermedades como la tuberculosis", abunda el responsable de esta organización especializada en sida.

No obstante, Nicolás García informa de que ya se ha reunido con los responsables de los centros sociosanitarios del Cabildo de Tenerife y de que éstos "se han comprometido a trabajar para que se cambie esta norma "cuanto antes". "Estaremos pendientes de que así sea", avisa.

Derivados a hospitales

Este punto es confirmado tanto por la presidenta del Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IASS) del Cabildo de Tenerife, Margarita Pena, como por la directora de la Unidad Sociosanitaria, Ángeles Arbona.

"La ley es absolutamente clara y excluye de los recursos existenciales a las personas con VIH-sida, sin embargo no cierra la puerta a otro tipo de recursos, por lo que a las personas que nos llegan con esta particularidad y tienen problemas de dependencia las derivamos a hospitales de larga estancia como pueden ser el Febles Campo, el de Los Dolores y el de La Orotava", explica Arbona.

"Estamos tan interesados como Unapro en promover el cambio de la normativa para que los pacientes con VIH tengan el mismo acceso que cualquier otra persona a los centros sanitarios y, de hecho, estamos presionando tanto a la Consejería de Sanidad como a la de Política Social para que la modificación se haga cuanto antes", anunciaba este viernes Pena, para quien "estas personas no solo tienen el mismo derecho a recibir la asistencia que precisan, sino incluso lo ideal sería que fuera lo más especializada posible para sus circunstancias", sentencia Margarita Pena.