LAS RUINAS de la estación de bombeo de La Gordejuela, o casa del agua de Gordejuela, divisan la costa realejera. Se hallan ubicadas en el paisaje protegido de la Rambla de Castro; y junto con la Casona de Castro, el Fortín San Fernando y Playa de Los Roques forman el sendero del agua.

En 1898, la empresa Hamilton & Co. constituía la Sociedad de Aguas de La Gordejuela, la cual se dedicaba a la explotación y canalización de aguas. El 1 de agosto de 1903, la compañía solicitaba permisos para la construcción de una estación de bombeo de agua, construyéndose entre 1904 y 1906. La sala de la máquina de vapor, que se alimentaba de carbón, se hallaba en un edificio de cinco niveles, a una altura de 70 metros sobre el nivel del mar, y elevaba el agua hasta 250 metros a un depósito de 9.000 metros cúbicos. La tubería que transportaba el agua era de hierro y acero, medía 30 centímetros de diámetro y 2.000 metros de longitud. A una altura de 115 metros sobre el nivel del mar, se encontraba la sala de calderas, y próxima a la misma una chimenea de 43 metros (destruida en la década de los años 40). El ingeniero de tal obra fue el ingeniero militar José Galván Balaguer; el director, Antonio Bueno, y el capataz, Alfredo "el Alemán". La industria fue arrendada en 1910 a Elder & Fyffes, y comprada en 1919 por la misma compañía.

La casa de las aguas de Gordejuela es el primer gran proyecto industrial de Tenerife, y, por tanto, pertenece por derecho propio a la arqueología industrial de las Islas Canarias. En el año 2000, el Gobierno de Canarias, mediante un plan especial de protección paisajística, se había planteado la rehabilitación de la antigua estación de bombeo de La Gordejuela para uso público; sin embargo, eso nunca llegó a prosperar.

Nosotros pensamos que las ruinas de dicho inmueble podrían ser rehabilitadas de forma que se conserven tal y como están, es decir, protegerlas para que no se deterioren más y adaptarlas como mirador, incluso añadiendo una placa que diga: "La estación de bombeo de aguas de La Gordejuela es la primera industria de Tenerife donde se usó una máquina de vapor".

Esperamos que los gobernantes actuales del municipio de Los Realejos no cometan los mismos errores de sus antecesores, los cuales contemplaban la construcción como el único recurso económico de crecimiento del municipio. En cualquier caso, los recursos patrimoniales y naturales pueden ser fuente de riqueza para el municipio si se eligen adecuadamente las personas que dirijan estos aspectos y se buscan las vías idóneas para llevarlos a buen término.

El municipio de Los Realejos tiene hitos únicos, como es la Casa del Agua de La Gordejuela o los molinos de agua de la Hacienda de Los Príncipes. El agua fue la razón del nacimiento del pueblo, de su crecimiento y de su progreso. Por consiguiente, no se puede esconder por más tiempo la identidad de Los Realejos, ya que en el mejor de los casos esto sería una irresponsabilidad.