Hoy se cumplen 25 años de la peor masacre perpetrada por la banda terrorista ETA, que se saldó con 21 muertos, cuatro de ellos niños, y 45 heridos a causa de la explosión de una potente bomba en el centro comercial Hipercor de Barcelona.

Además de ser el atentado que más víctimas mortales ha causado en la historia de ETA, éste también supuso un giro radical en la forma de actuar de la organización terrorista, ya que se trató de un ataque indiscriminado y por primera vez todas sus víctimas fueron civiles.

Todo ello conmocionó a la sociedad catalana -dos días después una multitudinaria manifestación de condena a los hechos recorrió Barcelona- y supuso un punto y final al cierto apoyo que hasta entonces habían encontrado en Cataluña organizaciones cercanas al entorno de la banda, como Herri Batasuna.

El 19 de junio de 1987, a las 16.10 horas, estallaron los bidones cargados con treinta kilos de amonal y cien litros de líquido inflamable que los etarras del "comando Barcelona" habían escondido en el maletero de un Ford Sierra previamente robado y que habían estacionado en la primera planta del aparcamiento de Hipercor.

Una hora antes, sobre las tres de la tarde, uno de los miembros del comando había hecho tres llamadas desde cabinas telefónicas, comunicando en nombre de ETA que tendría lugar una explosión en el Hipercor de la Avenida Meridiana de Barcelona entre las 15.30 y las 15.40 horas.

Sin embargo, la inspección ocular realizada conjuntamente por miembros de las Fuerzas de Seguridad y los vigilantes jurados del centro comercial no encontró nada sospechoso, por lo que estimaron que se trataba de una falsa alarma y decidieron no desalojar el edificio.

Minutos después, la explosión de la bomba escondida en el vehículo abrió un cráter en el suelo del aparcamiento y un boquete en el techo, por los que pasó una ola de fuego que abrasó y asfixió a empleados y clientes.

Por este atentado fueron condenados los miembros del "comando Barcelona" Domingo Troitiño y Josefina Ernaga a penas que sumaban más de 1.600 años de cárcel, así como Rafael Caride Simón, condenado a 790 años de cárcel.

Además, la Audiencia Nacional también condenó a otros 790 años de cárcel al dirigente etarra Santiago Arróspide "Santi Potros" por ordenar la masacre, una sentencia que confirmó el Tribunal Supremo en julio de 2004.

Del total de 56 muertos que ETA ha causado en Cataluña, más de un tercio perecieron en el atentado de Hipercor, una masacre cuyas heridas aún no han cicatrizado entre la sociedad catalana, que hoy conmemora el cuarto de siglo de uno de los episodios más negros de su historia reciente.