TACHI IZQUIERDO, Tacoronte

Un año después de firmado el pacto entre CC y PSOE en Tacoronte, los socialistas dan por buena la experiencia y su voluntad de continuar con los nacionalistas hasta final del mandato. Pese a la situación económica, el máximo responsable del partido en el municipio, y concejal de Servicios Sociales, Carlos Medina, saca una lectura en positivo, pues cree que las dificultades deben valer para mejorar la gestión y que ha quedado la impronta de izquierdas en las áreas que dirigen.

¿Ha renunciado el PSOE a muchas de las cosas que llevaban en su programa?

En un pacto hay que ceder y renunciar a las ideas que te planteas cuando piensas en obtener una mayoría. También hay que renunciar a parte del programa, bien porque la otra formación no lo tenía previsto o por la situación económica, que en este caso nos ha obligado a retrotraernos a dos o tres décadas. Estamos muy condicionados por los agentes externos, pero intentamos que nuestro sello perdure en las áreas que desempeñamos y sin perjudicar al pacto.

¿Cómo han protegido el área social que dirige usted?

Una de las condiciones es que siguiera, como mínimo, igual que en los presupuestos anteriores. En esta materia, en caso de que no se vean reflejados recursos razonables, sería un elemento insalvable de cara al pacto.

¿Cuál es la asignación del área?

Aproximadamente de unos 600.000 euros, lo que representa 80.000 más que en ejercicios anteriores.

Un aspecto controvertido del inicio de mandato fue el incremento de la asignación de los concejales, ¿ese aspecto se ha corregido?

No fue el comienzo previsto ni deseado. Reconozco que no supimos explicarlo bien. No se entendió que este equipo es más barato que el anterior, sino que se hizo una comparativa de persona a persona, con una versión bastante partidista de los hechos. Fue un traspiés de inició por la falta de experiencia y no saber manejar los tiempos políticos. A través del pacto se estableció ir en consonancia con los acuerdos a nivel regional, y así se asumió la reducción del 5% para altos cargos acordado por el Parlamento, lo que no supone enmendar ese mal inicio, sino que alivia la tensión personal.

¿Este pacto hubiera sido posible si el candidato nacionalista hubiese sido Hermógenes Pérez?

Soy disciplinado y, a nivel personal, no tenía ningún problema con él. Si a nivel electoral se hubieran dado los mismos resultados, probablemente también hubiésemos suscrito el pacto con CC.

¿Hay suficiente fortaleza para mantener el acuerdo?

La voluntad, salvo que el partido mande otra cosas, es acabar el mandato con este acuerdo. Hay un acuerdo de voluntades porque creemos que es lo mejor para el municipio y entendemos que la situación de nuestros vecinos no permite guerras de poder.

¿Cuáles son los objetivos en un municipio que la oposición cree que languidece?

Quizá, como ciudadano, podría entender lo mismo, puesto que la situación nos obliga a dar esa sensación de improvisación y no porque queramos, sino por un problema coyuntural. A pesar de la escasez de recursos, se han hecho algunas obras, con 600.000 euros de financiación propia y otros 600.000 en el presupuesto, cuando en inversiones no se había puesto ni un céntimo desde 2006.

¿Cuál es la tasa de paro?

Rondamos la media regional, en torno al 28 y el 30%, lo que representa unos 3.500 desempleados, un aspecto en el que estamos condicionados porque no podemos hacer contrataciones directas.

¿Se han equivocado PSOE y CC en la planificación de la zona comercial de La Estación?

Quizás lo que ha faltado es el dinero suficiente para actuar de otra manera. De manera efectiva, hay más plazas de estacionamiento. La obra es del Cabildo, un dinero que había que aprovechar, mientras que nuestros esfuerzos se deben centrar en crear más estacionamientos, junto a los del mercado. Ahora hay un cambio de filosofía de lo que era La Estación.

¿Y la plaza seguirá como hasta ahora?

No soy partidario de derruirla o bombardearla, como reclaman muchos, porque hay una inversión de dinero público. Está claro que incumple su principio funcional y se han desvirtuado algunos de sus elementos. Este proyecto se englobaba en otro general de la zona, con un concepto peatonal, lo que sería la guinda de un pastel que aún no hemos visto y, por eso, no la entiende nadie. Quizá adolece de la identidad ra.

¿Pero piensan hacer algo?

En el presupuesto se contempla una partida para concluir el sótano, de unos 1.000 metros cuadrados, para congresos, ferias o charlas. Para el resto de la cubierta, si algún día hay dinero, se podría convocar un concurso de ideas para intentar recuperarla.

El PGO, ¿en qué punto se encuentra?

En el que quedó tras la revocación del pleno de la aprobación inicial, es decir, en el avance. Ya ha habido contactos con la Dirección General de Urbanismo para formalizar un acuerdo para adecuar nuestro terreno a la Ley de Directrices. Esperamos que esto ocurra dentro de un año, con el mínimo daño posible y afección.

¿Será muy diferente al anterior?

Cambiará muchísimo. Sacaremos de él muchas de las actuaciones previstas. Se trata de respetar lo que existe y establecer espacios dotacionales, para no contemplar mucho más crecimiento y ordenar algunas vías. Se trata de un plan supletorio y de una adaptación a la norma y a las necesidades actuales.