"Te voy a hundir, vas a caer", llegó a amenazar el electricista al deán cuando Manuel Fernández Castiñeiras, presunto autor material del Códice Calixtino, dejó de prestar servicios en la Catedral de Santiago de Compostela en 2005, después de falsificar su propio contrato laboral.

Según han explicado fuentes próximas al caso, este exempleado de la seo compostelana era autónomo y aspiraba a tener un puesto fijo, después de su vinculación con la basílica gallega durante 25 años.

"Había una inquina personal" contra el deán, archivero y por ende guardador del Códice en el momento de su desaparición, han contado las mismas fuentes. "Es una venganza" contra Díaz, porque Fernández Castiñeiras reclamaba un dinero que, según él, se le adeudaba, si bien aseguró que el deán nunca llegó a temer por estas amenazas.

"Llegó a reclamar hasta 60.000 euros", han dicho fuentes del Cabildo catedralicio, "pero no había justificante de trabajo, mirábamos y no sabíamos qué bombillas había colocado, ni dónde estaban esas obras que aparecían en sus facturas".

El presunto autor material del robo del Códice Calixtino tenía "la afición de recoger papeles" e incluso se ha llevado "contratos" de la basílica compostelana, han asegurado fuentes próximas a la investigación.

"Aquí no se sospechaba nada", dijeron fuentes del Cabildo, "porque venía a misa con regularidad y luego andaba por aquí a sus anchas. Era un exempleado, en su trabajo había sido bueno...", han señalado.