Nos acusa un pájaro tatarita de Las Palmas -luego hablaremos de él- de seducir a algunos miembros de CC para que se vuelvan contra Paulino Rivero. Nada más lejos de la realidad. En el pasado siempre confiamos en CC como partido, hasta que cayó en manos de un traidor político como lo es su actual presidente. Sabemos que en esta formación hay auténticos patriotas y así lo hemos manifestado repetidas veces en nuestros comentarios y editoriales. Lo cual no quita para que hayamos criticado con dureza, porque nos duele lo mal que lo están pasando muchos canarios, que CC se haya convertido en una mafia política. Nunca hemos perdido la esperanza de que los patriotas de Coalición Canaria terminaran por rebelarse contra el tirano, como está ocurriendo en estos días, conscientes de que ha hundido al Archipiélago y a su propio partido. Todo esto lo sabe perfectamente el tatarita al que hemos sacado del armario en el que ha estado escondido desde que lo echaron del seminario por su conducta inmoral. No entendemos por qué se avergüenza tanto de su condición, cuando este último domingo miles de homosexuales salieron a la calle en Madrid para proclamar que están orgullosos de ser gays. Lo sabe el tatarita, como decimos, pero sigue empeñado en desacreditar al editor de EL DÍA -pese a que haciéndolo está incumpliendo una sentencia judicial- porque con eso se congratula con el déspota político que le dio la emisora de radio que le quitó al único grupo de comunicación que existe en estas Islas. Nos dicen que el tatarita está arruinado, despechado y diciendo mentiras a porrillo para calmar el rencor que siente hacia las personas decentes. Una vez más aprovechamos para advertirle a una magistrada que se está jugando su carrera. Estamos avisando con la mejor intención del mundo, pese a que esa jueza nos ha perjudicado -está denunciada por esta casa-, pero allá cada cual con lo que hace.

Decíamos en nuestro comentario de ayer y lo repetimos hoy, mal que le pese al avergonzado y acomplejado de Las Palmas, que siempre hemos confiado en Ana Oramas. Y lo hacemos a pesar de que su actuación política no nos inspira confianza. Confiaremos en ella cuando pida la independencia de Canarias en el Congreso de los Diputados. Mientras tanto, la retamos a que nos explique por qué no lo hace. Queremos saber por qué no da ese paso de una vez. ¿Cuáles son sus razones y sus pensamientos para no contribuir activamente, que es lo que le corresponde hacer por su condición de diputada nacionalista en las Cortes de la metrópoli, a la creación de la nación canaria? La invitamos a que nos exponga esos motivos por escrito o a que acepte una entrevista en la que dé cuentas al pueblo de su proceder, porque ha sido el pueblo quien le otorgó su confianza, mediante sus votos, para que ocupe el cargo que tiene.

Ana Oramas, junto con Fernando Clavijo, Hilario Rodríguez, Ricardo Melchior y alguno más son los únicos que quedan en CC capaces de acabar con la necedad y el caciquismo de Rivero. Si no se esmeran estos personajes para quitarse de encima a Rivero, pronto tendremos que entonar el réquiem por los nacionalistas de CC. Con Rivero y Mena o Mena y Rivero, tanto monta, este partido no tiene remedio. ¿Cómo es posible, y esto se lo preguntamos también al pueblo canario, que haya aguantado tanto esta pareja a la rumana con la enorme miseria que padecen hoy unas islas que antes eran afortunadas? A los males de siempre se añade ahora otro que incrementará el número de muertos entre las personas que necesitan asistencia sanitaria. A los que perecen en las listas de espera habrá que añadir los que no pueden seguir los tratamientos recetados por su médico, ya que no hay medicinas en las farmacias. No las hay por la falta de pago del Gobierno de Canarias. Una muestra más del enorme, y nos atreveríamos a decir que salvaje, caos creado por Rivero y su pandilla de ineptos políticos.

Lo que más nos indigna, en medio del desastre en el que nos encontramos, es ver la cara que pone Rivero de hombre serio e importante, cuando en realidad es un mentecato político. Un don nadie a quien ni la altura física lo acompaña. ¿Hasta cuándo, volvemos a preguntarnos, vamos a seguir así? ¿Cuántos niños tienen que seguir pasando hambre para que dimita este bruto político y se exilie allá donde ningún canario pueda tener la desgracia de tropezárselo jamás?