"Bah, acaba de cambiarse y seguro que me da tiempo". Muchos conductores, en numerosas ocasiones, han llegado a esta instantánea conclusión al acercarse a un semáforo que está a punto de volverse rojo o que acaba de hacerlo. Porque antes nunca les ha pasado nada y porque les fastidia sobremanera esperar al siguiente verde, se arriesgan a pasar porque saben que existe un pequeño margen hasta que los vehículos con los que se pueden cruzar también tienen vía libre. El problema es que ambos piensen lo mismo. El Ayuntamiento santacrucero, en una experiencia sin precedentes en la Isla, ha colocado durante un mes un sistema que detecta a los coches que se saltan los semáforos en rojo. Las cifras son tan elocuentes (970 infractores) que debería hacer reflexionar a muchos, y no solo a esos temerarios del volante.

Lo peor es que esos datos han sido recogidos solo en dos cruces y no simultáneamente. Durante 20 días, este sistema aportado por una empresa especializada se instaló en la confluencia de la avenida de Santa Cruz y la calle Viera y Clavijo, muy cerca del ayuntamiento. Durante ese tiempo, un total de 520 conductores se saltaron el rojo, bien por llegar justo en el momento en que va a cambiarse de color el semáforo o porque, simplemente, les resulta indiferente el código de circulación y los evidentes riesgos para terceros o su propia persona.

Más llamativas, y preocupantes, son las cifras logradas durante solo diez días en el cruce entre la avenida San Sebastián y Galcerán. En este caso, el sistema ha pillado a 450 vehículos incumpliendo esta norma básica de la circulación, que se traduce en 200 euros de multa y en la pérdida de tres puntos en el carné de conducir.

De momento, estos infractores se salvan, ya que el sistema solo está a prueba y la Policía Local no tiene potestad para utilizar los datos para sancionar. Eso sí, el área local de Seguridad, que dirige Carmen Delia González, ya ha advertido de que existen opciones legales y técnicas para salvar ese obstáculo. Las elevadas cifras han sorprendido desagradablemente a esa edil, que anuncia que seguirán probando el sistema durante este mes y agosto, decidiendo en septiembre si lo adquieren.

En estos días, el aparato, que graba vídeo y saca 5 fotogramas cuando se produce la infracción, se ha trasladado al cruce de la avenida de Los Majuelos con la calle El Trébol. Las reubicaciones se sucederán y, de mantenerse las estadísticas, quedará más que demostrado que hay muchos irresponsables al volante. El dilema radica en qué pasaría si el sistema se coloca en todos los semáforos locales o si se usa para controlar otros aspectos de la circulación. Lo bueno es que los ingresos del ayuntamiento podrían multiplicarse.