La santacrucera calle Viera y Clavijo presenta una imagen desértica. Un mínimo de tres comercios de esta vía y de calles trasversales, afectados por la crisis han cerrado sus puertas en los últimos años y los carteles de "se alquila" se multiplican en los escaparates de sus locales.

Las dificultades para vender aumentan. Las tiendas de ropa, pese a las rebajas de verano, apenas obtienen beneficios. El pequeño comercio es el más afectado porque los consumidores se fijan en el precio y no en la calidad del artículo.

Grandes compañías, como Zara o Blanco, fabrican productos para las rebajas, mientras que los pequeños comercios deben conformarse con reducir los precios de aquellas prendas que no han vendido en temporadas anteriores. Los consumidores, por su parte, tienden a ahorrar. "Antes, había dinero en la calle y la gente podía permitirse también comprar en los pequeños comercios", comenta una de las dependientas de una pequeña tienda de Viera y Clavijo.

Los comerciantes muestran su preocupación por el descenso de la afluencia de personas que consumen en esta zona. "La cantidad de clientes y el nivel adquisitivo ha descendido demasiado. Miran, pero no compran. Nosotros esperábamos a las rebajas, pero, aun así, seguimos en la misma situación", indica una empleada de uno de los locales.

La mayoría de los comercios de esta vía llevan abiertos una media de 20 a 30 años. Una de las trabajadoras de una de las boutiques de la calle Teobaldo Power, que lleva en funcionamiento 50 años, señala que se sienten afortunados por las clientes que tienen de siempre, pero son conscientes de los resultados negativos que ha traído la crisis. Una situación que, sobre todo en junio de este año, se ha agravado con un importante descenso de ventas. "La preocupación por la crisis afecta en todos los sectores, pero la gente suele recortar en aquello que les resulta menos imprescindible en momentos de ahorro como este", afirma una dependienta de un establecimiento de ropa.

La actividad comercial que presentaba hace unos años este lugar ha cambiado notablemente y ya ni siquiera se cuenta con la misma cantidad de transeúntes que paseen por esta vía y otras del entorno como Teobaldo Power o Méndez Nuñez, entre otras. No obstante, los días son imprevisibles y los comercios venden más o menos según muchas contingencias. "La cosa no está para tirar cohetes", resume una dependienta de la zona.