La Junta Municipal de Ciudad del Este, la tercera ciudad más grande de Paraguay, aprobó una petición para retirar el busto del libertador Simón Bolívar de una plaza pública en repudio a una presunta intromisión del Gobierno de Venezuela.

La solicitud fue aprobada a través de una minuta presentada al pleno de la Junta por el concejal del opositor Partido Colorado, Nery Jara, y ahora deberá ser analizado por la intendenta (alcaldesa) de Ciudad del Este, Sandra Mc Leod, para su aprobación o rechazo.

Nely Jara explicó a los medios de comunicación presentes en su alocución que había promovido esa medida en la noche del pasado martes, ante la presunta intromisión del canciller venezolano, Nicolás Maduro, el 22 de junio pasado, en unos momentos cruciales para la nación, ya que el ahora destituido presidente Fernando Lugo estaba siendo sometido por el Senado a un juicio político por lo que se consideraba un mal desempeño en sus funciones.

El busto de Bolívar se encuentra en la concurrida plaza pública Libertador de América de Ciudad del Este, un núcleo que se encuentra situado a 330 kilómetros de la capital del país, Asunción, y que es colindante con la localidad brasileña de Foz do Iguazú.

La ministra paraguaya de Defensa, María Liz García, denunció la semana pasada que Nicolás Maduro había mantenido una reunión con la cúpula militar paraguaya poco antes de que Fernando Lugo fuera destituido en un "juicio político" por el Parlamento.

De acuerdo con las manifestaciones elevadas por la ministra, el canciller venezolano, que se encontraba en Asunción junto a una comitiva de cancilleres de la Unasur, "arengó" a los militares para que se mantuvieran leales a Lugo, quien fue sustituido aquel día y reemplazado por su vicepresidente, Federico Franco.

La arenga de Maduro

Según declaraciones a la prensa de las fiscales que investigan esa causa, los militares paraguayos dijeron que se manifestaron ciertamente sorprendidos por la llegada de Nicolás Maduro y otros diplomáticos para una reunión.

El canciller venezolano les habría advertido de las "graves consecuencias internacionales" que tendría la posible destitución de Fernando Lugo, pero en ningún caso se habría producido una arenga a los militares por parte del diplomático, ni tampoco de sus palabras podría inferirse que instaba a una sublevación militar para defender al destituido mandatario, según las agentes del Ministerio Público sobre el testimonio de los generales.