El caserío de El Batán tendrá una moderna red de distribución de agua potable, ya que la actual es obsoleta y tiene una antigüedad de más de 30 años que se traduce en aportar un suministro turbio, de poca presión y baja calidad.

El concejal de Servicios Municipales, Javier Abreu, informó días atrás de que el proyecto ha sido redactado por la empresa Teidagua y que las obras comenzarán en breve. "Lo que queremos -dijo el edil- es que este núcleo poblacional de las cumbres de Anaga tenga un agua en igualdad de condiciones que un vecino del casco histórico de la ciudad, pues la calidad de vida tiene que ser igual para todos, y máxime para un caserío que está bastante apartado de las modernidades e infraestructuras de la ciudad, por lo que es hora de que sus vecinos vivan en igualdad de condiciones".

La obra tiene un presupuesto de 13.941 euros y los trabajos se centrarán principalmente en la reposición de la tubería existente de hierro galvanizado en su totalidad, ya que, según los técnicos, "es insuficiente para el correcto abastecimiento de los vecinos del caserío".

Javier Abreu, siguiendo los argumentos del proyecto, destacó que "la zona de El Batán se caracteriza por ser un núcleo de población pequeño, donde muchos de sus abonados únicamente se instalan durante puntuales periodos de tiempo a lo largo del año, por lo que estamos ante una zona de un consumo bajo de agua, empleándola fundamentalmente para las labores derivadas de la agricultura".

En la actualidad, la distribución del agua se realiza principalmente a través de una tubería de hierro galvanizado de pequeño diámetro, entre los 15 y 40 milímetros sin enterrar. Debido al número de viviendas, a la particularidad de la orografía y al diámetro citado, se produce un déficit en la garantía del suministro, pues la actual red es incapaz de abastecer el caudal demandando.

Para solucionar el problema, como explicó el concejal, la empresa Teidagua realizó una inspección en la zona, junto con el presidente de la Asociación de Vecinos de El Batán, un fontanero y un técnico.

Se comprobaron "in situ" las presiones, las cuales, en la mayor parte de los tramos, superan los 10 kilogramos/centímetro cuadrado, llegando incluso a 25 y 30 kilogramos/centímetro cuadrado.

Aprovechando la toma de datos, también se recogieron muestras de la calidad del agua, obteniendo valores de turbidez inferiores en todas a 3 NTUs, cumpliendo con lo exigido por la normativa para el consumo humano.

Javier Abreu informó de que se actuará en dos focos, por un lado la zona central del caserío y por otro en cuatro acometidas ubicadas al sureste del mismo.

Las obras a realizar

Las obras a realizar en la zona central del caserío son principalmente de sustitución de tramos de la tubería antigua por una tubería de PE-63 milímetros. Además, se instalarán válvulas reguladoras de presión.

El tramo de tubería a instalar de polietileno irá enterrado a 30 centímetros de profundidad. Se diferencian dos tramos. Por un lado, el que transcurre por un sendero de tierra sin pavimento en el que se aprovechará el propio material de la excavación para rellenar la zanja, y por otro, una parte que se caracteriza por transcurrir por una zona pavimentada con hormigón, en el que será necesaria la excavación por medios manuales con ayuda de un martillo neumático.

Javier Abreu señaló que los trabajos de excavación y relleno serán de forma manual, debido a la particularidad de la zona, por ser un camino estrecho y abrupto en el que es imposible avanzar mediante retroexcavadoras de pequeña envergadura.

Los trabajos se acompañarán de la implantación de válvulas reguladoras de presión y un contador mecánico en el inicio del tramo de la tubería, con la finalidad de controlar las pérdidas que se puedan ocasionar por averías posibles que surjan por tomas ilegales por parte de personas no conscientes con la importancia del agua.