El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha constatado hoy el rechazo de la oposición parlamentaria a los últimos recortes, pero ha garantizado que no hay alternativa porque el Ejecutivo, ha dicho, "desgraciadamente no puede decidir entre un bien y un mal, tiene que decidir entre un mal y un mal peor".

Después de que el miércoles pasado anunciara un ajuste de 65.000 millones de euros para los próximos dos años y medio, Rajoy se ha sometido a la última sesión de control al Gobierno que se celebra en el pleno del Congreso antes de las vacaciones de verano, con el Palacio de las Cortes vallado para alejar las protestas.

En los pasillos de la Cámara y en vísperas de las manifestaciones convocadas por los sindicatos, ha asegurado que es "absolutamente consciente" de que las medidas adoptadas son "duras y difíciles", y que el esfuerzo que está pidiendo "a mucha gente le hace daño", pero ha garantizado que España no tiene "otra alternativa".

En el hemiciclo, han cuestionado los recortes tanto los líderes del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, y de IU, Cayo Lara, como el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, y a todos Rajoy les ha asegurado que si se hubiera encontrado otra situación al llegar a la Moncloa no habría aprobado "buena parte" de los últimos ajustes.

Según ha señalado, ha adoptado la vía "más difícil y la más dura", pero también la más responsable, porque cree que será la que lleve a la recuperación económica en el medio plazo.

Ha admitido que su política no va a producir "efectos en dos días", pero ha insistido en que reducir el déficit y mejorar la competitividad de la economía son el camino para crecer y crear empleo, y ha reiterado que seguirá dando la batalla en la UE para que haya liquidez.

Rajoy ha recordado a los diputados que España gastó el año pasado 90.000 millones de euros más de los que ingresó, que el país está gastando ahora 30.000 millones de euros en pagar los intereses de la deuda y que hay instituciones públicas que ya no pueden financiarse en el exterior.

Una situación que "no nos permite hacer muchas de las políticas que le gustaría hacer a usted, y a mí también", le ha dicho a Rubalcaba, a quien ha reprochado que esté de acuerdo en la necesidad de bajar el déficit y critique que el Ejecutivo intente reducir el gasto y subir los ingresos, única vía para hacerlo.

Pero el líder del PSOE ha cuestionado el fondo y ha advertido a Rajoy de que "desentendiéndose de los desempleados, machacando a impuestos y cortando el empleo público" sólo se generará "más injusticias y sufrimiento".

"Ya que no es capaz de crear empleo -le ha pedido- al menos no recorte el subsidio a los parados", y menos a los que "no tienen prácticamente ninguna opción de encontrar empleo a corto plazo", ha reclamado.

Rubalcaba ha criticado al Gobierno por anunciar unas medidas en el anterior pleno del Congreso, añadir alguna más en el Consejo de Ministros e incluir otras nuevas en el Boletín Oficial del Estado, y Durán ha lamentado que se haya olvidado el diálogo.

El portavoz de CiU ha afeado a Rajoy que actúe más sobre los ingresos que sobre el gasto porque habrá menos consumo, más recesión y más paro, y le ha recriminado también que impida a las autonomías flexibilizar su objetivo de déficit para este año.

El jefe del Ejecutivo le ha recordado que es la Comisión Europea quien ha pedido a las comunidades que cumplan este año sus planes de reequilibrio y, tras señalarle Durán que todavía no ha presentado la prometida ley de emprendedores, ha señalado que la llevará a la Cámara cuando esté en condiciones de hacerlo.

Por su parte, Cayo Lara ha acusado al Gobierno de aplicar "la ley del embudo", con la parte ancha para los defraudadores y la estrecha queda para las capas más vulnerables de la sociedad, como desempleados, pensionistas o discapacitados. "¿Quién pare esas ideas tan cínicas?", le ha preguntado a Rajoy.

Mañana se convalidará en el Congreso el decreto con todos los ajustes, que, como han anticipado la mayoría de los portavoces, previsiblemente saldrá adelante sólo con los votos del PP.