Las comunidades autónomas en las que predominan los sectores de la Industria y los servicios altamente cualificados registran mejores resultados educativos que aquellas en las que tiene más peso el sector de la construcción o el turismo, según el estudio de la Fundación BBVA y el Ivie ''Educación y desarrollo. PISA 2009 y el sistema educativo español''.

El informe es el resultado de una investigación coordinada por el catedrático de Fundamentos de Análisis Económico de la Universidad Pablo de Olavide e investigador del Ivie, Antonio Villar, y parte de un análisis directo de los datos del Informe PISA de 2009 sobre los conocimientos adquiridos por los estudiantes de 15 años en los países de la OCDE y asociados.

Según los datos de PISA, España está por encima de la media de los países de la OCDE en equidad --dependencia de los resultados de los alumnos con respecto a sus condiciones socieconómicas--, lo que significa que se fomenta bastante la igualdad de oportunidades, pero se encuentra por debajo de la media en rendimiento (97,6 puntos frente a al 100 de la media) y, sobre todo, en calidad, con 44,4 puntos frente al 100 de la media.

Por comunidades autónomas, todas se sitúan por debajo de la media de la OCDE en términos de calidad aunque algunas como Castilla y León, Comunidad de Madrid, Cataluña y La Rioja destacan por sus buenos resultados en rendimiento, o de equidad en el caso de Galicia, País Vasco y Cataluña, entre otras. Sin embargo, entre las mismas comunidades, se observan diferencias de casi 20 puntos en rendimiento --desde los 84 de Ceuta y Melilla hasta los 102 de Madrid o Castilla y León--; y de hasta más de 80 puntos en calidad --desde los 10 de Ceuta y Melilla y los 19 de Canarias hasta los 87 de Castilla y León--.

En este sentido, Villar ha explicado que una interpretación de estos resultados "tan grandes" entre comunidades en España --tan grandes como entre países de la OCDE-- puede deberse, en parte, a la estructura productiva, de forma que los estudiantes se crean sus expectativas futuras de empleo en función del mercado laboral en su región. Esto explicaría, según ha apuntado, el hecho de que en Madrid, Castilla y León o Cataluña, el índice de desarrollo educativo sea mayor que en Murcia, Baleares o Canarias.

Sin embargo, del estudio se desprende que ni la riqueza de las regiones ni los niveles de gasto público o privado que se destina a la educación resultan significativos a la hora de explicar estas diferencias que responden a elementos específicos de cada comunidad.

Entre otros posibles factores, el informe analiza la relación entre nivel socioeconómico y resultados académicos y observa que se trata de una relación "positiva" pero "relativamente débil" y variable. Por ello, para profundizar más en esta cuestión, propone analizar las características individuales, socio familiares y de los centros educativos.

Concretamente, apunta que el número de repetidores en España disminuye la media de los resultados educativos en PISA; que el nivel educativo y ocupacional de los padres así como las posesiones educativas en el hogar, como el número de libros, influyen positivamente en los resultados; y que el hecho de que la escuela sea pública o privada no es significativo para explicar las diferencias de rendimiento.

Además, apunta que el tamaño de las clases en España es inferior a la media de la OCDE (21,8 alumnos frente a 27,2) y no tiene un efecto apreciable sobre los resultados y que lo que sí influye es el efecto de los compañeros de colegio.

A MEJORES RESULTADOS, MAYOR CAPACIDAD PARA SUPERAR LA CRISIS

Por otra parte, Villar ha señalado que los resultados educativos tienen consecuencias sobre el desarrollo, la generación de riqueza y de empleo en una comunidad y en el país en su conjunto y, precisamente, ha indicado que las regiones con un mayor rendimiento educativo muestran una mayor capacidad de resistir a la crisis.

En esta línea, el informe destaca que si España obtuviera 50 puntos más en los resultados de PISA, acercándose a Finlandia, supondría un aumento de casi un 1 por ciento en la tasa de crecimiento anual de la renta per cápita y se convertiría en diferencias en la tasa de crecimiento a largo plazo de las comunidades de hasta el 1,4 por ciento. Asimismo, Villar ha recordado que una diferencia de 39 puntos en PISA supone una distancia de hasta un año de escolarización.

Igualmente, revela que una mejora de 15 puntos en la tasa de graduados de la ESO y reducción del abandono escolar, incrementaría la tasa de actividad entre 0,3 y 2 puntos, reduciría la tasa de paro entre un 2,3 y un 3,8 por ciento, la tasa de temporalidad entre 1,7 y 2 puntos y aumentaría la productividad en al menos un 4,5 por ciento.

Villar ha apuntado que existen dos cuestiones que conviene abordar de forma "urgente" como son el fracaso escolar y la excelencia. Así, ha indicado que hay que hacer un tratamiento precoz de las dificultades del alumno para reducir el dato de un 36,6 por ciento de repetidores en España frente al 17,4 de media en la OCDE; y, por otra parte, prestar mayor atención a los mejores alumnos, flexibilizando el proceso de aprendizaje de los estudiantes que avanzan a distinto ritmo.