Residentes del ámbito del colegio Los Salesianos y vecinos del populoso barrio de La Candelaria denunciaron ayer la existencia de una escombrera ilegal que se sitúa a final de las calles San Juan y María Auxilidora, justamente en la última manzana. Ayer, vecinos del barrio aseguraron que la situación se lleva generando desde algo más de un año y "bastó que uno tirara allí una bolsa de escombros para que todo el mundo de alrededor y de otras zonas de La Laguna tiraran allí toda su porquería".

Lo cierto es que al final de la calle San Juan y su paralela María Auxiliadora, justamente en donde se encuentra el colegio Los Salesianos, existe un solar que no se encuentra vallado por estar su superficie en alto. A pesar de estas condiciones, en todo su perímetro se aprecia el abandono de bolsas de escombro y diversos materiales de construcción, e incluso, partes de vehículos desguazados.

El malestar vecinal se acrecienta: "Se deja muy, muy claro, dónde estamos y quiénes somos: sencillamente ciudadanos de segunda, tercera o cuarta categoría. Cómo se nota que por aquí nunca pasa nadie de Urbaser... Y si pasan, pues a nadie le interesamos porque la mierda continúa aquí", dijo uno de los denunciantes mientras intentaba calmar a otro vecino que mostraba más vehemencia a la hora de criticar el servicio de Urbaser.

"Suponemos que habrá algún encargado de zona. Alguien se tendrá que responsabilizar. Los vecinos estamos para disfrutar los servicios y no tenemos por qué denunciar una cosa al ayuntamiento poniendo nosotros más de nuestro bolsillo, sino que los técnicos hagan su trabajo, porque se les paga por ello. Insistimos, hace más de un año que nadie pasa por aquí, y si no es así deberían cortar la cabeza a alguien", manifestó.

Destacaron, además, que uno de los solares que está murado también "es tentación para los pequeños porque es de fácil acceso por uno de sus laterales, por la calle San Juan. Es fácil colarse y es utilizado, al margen de acumular más escombros y basura, para tirar las piezas de vehículos desguazados, como usted puede comprobar. Por las tardes muchos jóvenes y pequeños van a jugar a la rotonda, la pequeña plaza en donde convergen las dos calles, y es goloso para ellos el entrar y jugar porque se lo encuentran a su paso. Creo que con este solar también deberían hacer algo", dijo para concluir.