Un equipo internacional de investigadores, liderado por la Universitat Autònoma de Barcelona (España), y la Universidad de York (Reino Unido), ha proporcionado la primera evidencia molecular de que los neandertales no sólo comían una gran variedad de alimentos vegetales cocinados, sino que también conocían sus cualidades nutricionales y medicinales. El hallazgo ha sido publicado en ''Naturwissenschaften'' (Ciencias Naturales).

Hasta hace poco se pensaba que los neandertales, que desaparecieron hace unos 30.000 años, eran predominantemente carnívoros. Sin embargo, la evidencia de la amplitud de su dieta está creciendo, a medida que se llevan a cabo análisis más sofisticados.

Los investigadores del nuevo estudio, de España, el Reino Unido y Australia, combinaron la técnica de pirolisis-cromatografía de gases-espectrometría de masas, con el análisis morfológico de microfósiles de plantas, para identificar el material atrapado en la placa dental calcificada de cinco neandertales de El Sidrón, en el norte de España.

Según los expertos, los gránulos de almidón y las marcas de hidratos de carbono en las muestras, evidencian compuestos de plantas tales como el azuleno y la cumarina, así como de frutos secos, hierbas y verduras verdes; aunque abogan por un uso más amplio de las plantas ingeridas, sugerido por los análisis de isótopos estables.

La coautora Karen Hardy, del Instituto Catalán de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA), profesora en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), e investigadora en la Universidad de York, señala que "el uso variado de las plantas que hemos identificado sugiere que los neandertales de El Sidrón tenían un sofisticado conocimiento de su entorno natural, que incluye la capacidad de seleccionar y utilizar ciertas plantas por su valor nutricional, y para la auto-medicación. Aunque la carne era muy importante, nuestra investigación apunta a una dieta aún más compleja de lo que se suponía anteriormente".

Una investigación anterior, realizada por los miembros de este mismo equipo, ya había demostrado que los neandertales de El Sidrón tenían el gen de la percepción del sabor amargo. Ahora, gracias al análisis de la placa dental, se ha encontrado evidencia molecular de que un individuo había comido plantas de sabor amargo. El doctor Stephen Buckley, de la Universidad de York, afirma que "la evidencia indica que este individuo había comido plantas de sabor amargo, como la milenrama y la manzanilla, con poco valor nutritivo, por lo que es probable que estas plantas fueran seleccionadas por los neandertales por otras razones distintas del gusto".

Para el estudio, se seleccionaron diez muestras de cálculo dental de cinco neandertales. Los investigadores utilizaron desorción térmica y pirolisis-cromatografía de gases-espectrometría de masas para identificar todos los componentes orgánicos en el cálculo dental. Al utilizar este método, junto con la extracción y el análisis de microfósiles de plantas, los investigadores encontraron indicios químicos en consonancia con el humo de leña, una amplia gama de alimentos cocinados ricos en almidón, dos plantas conocidas hoy en día por sus cualidades medicinales, y esquistos bituminosos, atrapados en el cálculo dental. El profesor Matthew Collins, quien dirige el centro de investigación BIOARCH en York, explica que, "mediante la espectrometría de masas, fuimos capaces de identificar los bloques de construcción de los hidratos de carbono en el cálculo dental de dos adultos; un individuo en particular, al parecer, había comido varios alimentos diferentes ricos en carbohidratos".

El estudio también proporciona evidencia de que los gránulos de almidón observados son los más antiguos confirmados hasta ahora, por una prueba bioquímica. Por otro lado, las antiguas bacterias incrustadas en el cálculo dental ofrecen la posibilidad de realizar futuros estudios sobre salud oral.

El sitio arqueológico de la cueva de El Sidrón, situado en Asturias, en el norte de España, contiene la mejor colección de restos neandertales hallados en la Península Ibérica, y es uno de los sitios activos más importantes del mundo. Descubierto en 1994, el sitio contiene alrededor de 2.000 restos óseos de, al menos, 13 individuos de hace entre 47.300 y 50.600 años.

Antonio Rosas, del Museo de Historia Natural de Madrid (del CSIC), afirma que "El Sidrón nos ha permitido erradicar muchas de las ideas preconcebidas que teníamos de los neandertales. Por estudios anteriores, también sabemos que cuidaban a los enfermos, enterraban a sus muertos y decoraban sus cuerpos. Ahora, gracias al nuevo estudio, también disponemos de nuevos conocimientos sobre su dieta y automedicación".

El trabajo de campo en El Sidrón, realizado por investigadores de la Universidad de Oviedo, está financiado por el Departamento de Cultura del Principado de Asturias. Por otro lado, las muestras de cálculo dental utilizadas en este estudio fueron proporcionadas por el laboratorio que dirige el estudio de los restos humanos hallados en El Sidrón, que se encuentra en el Museo de Historia Natural de Madrid.