"Desde la productora solo nos queda pedir disculpas a nuestros muchos seguidores en Tenerife y expresar una enorme pena por haber tenido que cancelar algunas funciones de My Fair Lady en el Auditorio. La afonía de Paloma (San Basilio) nos impidió cumplir como era nuestro deseo. Pero habrá compensación porque llevaremos a la isla toda la magia de otro gran musical, La Bella y La Bestia, en fechas tan especiales como las de Navidad". Lo asegura Julia Gómez Cora (Buenos Aires, Argentina, 1972), directora General de Stage Entertainment, que espera resarcir a los tinerfeños que no pudieron ver la historia de Elisa Doolitle. El musical se despide hoy de Canarias con la última representación en Las Palmas.

¿Cómo valora las cancelaciones de "My Fair Lady" en la isla?

La productora quiere mostrar en primer lugar su pena por la decepción generada a nuestros más fieles seguidores, aquellos que compraron con anticipación la entrada y con su presencia respaldan el esfuerzo de llevar musicales a la isla. Sin embargo, la afonía de Paloma (San Basilio) les impidió disfrutar del espectáculo. Ser la primera ciudad en la que se estrena un espectáculo y lugar de inicio de una gira de esta envergadura tiene ventajas pero también inconvenientes. Nunca nos había pasado algo parecido y ni siquiera en Broadway tienen preparados al día siguiente del estreno a la suplente y su vestuario. Mucho menos para un personaje tan complejo como Elisa Doolitle.

¿La empresa compensará de alguna manera al público isleño?

Ya estamos culminando las negociaciones para ir en diciembre con "La Bella y la Bestia" y hemos reservado las mejores fechas, las navidades, a falta de concretar los días. Para entonces el musical, cuya gira arranca dentro de muy poco en Valladolid, ya estará estrenado y con todo listo.

¿Cuál fue la respuesta del espectador en Tenerife?

Excepcional porque lo valoraron todo, desde los trajes a la escenografía. Los canarios son amantes del género como demuestra el hecho de que están en cabeza de la estadística del turismo de musicales de la capital cuyo ejemplo más evidente es "El Rey León".

Dicen que "My Fair Lady" es el musical perfecto. ¿Por qué?

Porque así lo definió el New York Times y porque reúne elementos que lo dotan de gran fuerza. En primer lugar, el texto, basado en el Pigmalión de George Bernard Shaw. También una música exquisita que ya es clásica y una gran producción con los escenarios del Londres de principios del siglo XX como el entorno del Covent Garden o de las carreras de Ascott. Sin olvidar las pelucas, los sombreros y el vestuario, tanto de las clases altas victorianas como del pueblo llano. Basta recordar la película de 1964 con Audrey Hepburn y Rex Harrison que no hemos querido revisar para evitar influencias.

¿Ha habido muchos cambios respecto al estreno de 2001?

Salvo que repiten Paloma San Basilio y Joan Crosa, además de Jaime Azpilicueta como director, todo es nuevo. Destacaría las proyecciones,que nos han permitido enriquecer la escenografía, pero, sobre todo, un gran elenco de artistas. Muchos debutan en el musical y aunque no canten, como Ana María Vidal, dan un gran empaque al conjunto. Sin olvidar la sorpresa por la voz de Juan Gea.

¿Era fundamental que repitiera Paloma San Basilio?

Sin ella no hubiera sido posible hacer esta gira y costó convencerla para salir de Madrid. El papel de Elisa requiere grandes dotes como cantante y actriz, facetas que domina como nadie. Su transformación de florista en dama de la alta sociedad es creíble y la gente se muere de risa con sus giros. Era fundamental contar con ella porque borda el personaje.

¿Cómo se llegó a Juan Gea para dar vida al profesor Higgings?

Le dimos muchas vueltas y un mes antes del estreno no teníamos a Higgins. Paloma vio a Juan en un capítulo de "Amar en tiempos revueltos" y dijo: "Ahí está". No se equivocó.

También repite Joan Crosas en el papel de Alfred Doolitle.

El personaje es un bombón y Joan, con una gran experiencia sobre todo en televisión, lo clava. Con la edad que tiene resulta increíble la fuerza que aporta en escena. En dos palabras: entrega y talento.

¿Supuso un riesgo en su día programar musicales en España?

Cuando empezamos hace doce años era arriesgado, pero se trataba de una apuesta a largo plazo. Stage Entertainment nació en Holanda y apostó por el musical en España, donde existe un género nacional como la zarzuela, así como una gran afición a la ópera. Además, a la gente le gusta salir fuera de casa como un hábito cultural. Si le damos buenos títulos, de calidad similar a la Broadway, el público nunca falla. Las pruebas han servido para tener una cantera de jóvenes preparados para el musical que cantan y bailan muy bien.

¿A qué atribuye el fenómeno de "El Rey León" en Madrid?

Su éxito supone la consolidación de doce años de trabajo, la guinda del pastel. Lo tiene todo y cada pieza podría estar en un museo. Lleva quince años en cartel en Broadway y en Madrid no hay perspectivas de que se acabe a corto plazo. La gente cuida más lo que ve y donde gastar su dinero en crisis, pero suele elegir bien.

Su país, Argentina, pasó la crisis del "corralito". ¿Algún consejo para los europeos?

La crisis da oportunidades y en mi caso me permitió cambiar el rumbo. Era economista, pero me echaron del banco donde trabajaba y me metí en este mundo después de sentirme perdida. En Argentina se fomentó la creatividad porque las mejores obras de teatro se escriben en crisis y la gente tiene necesidad de salir y evadirse de la cruda realidad. Veamos el lado positivo.

El País le incluyó entre las cien personalidades más influyentes de Latinoamérica.

Lo agradezco por mis padres que sentirán orgullosos (risas) pero lo veo exagerado, aunque supone un reconocimiento al trabajo.