CUANDO terminamos el artículo de la pasada semana, el Boletín Oficial del Estado no reflejaba las medidas que anunciaría el Gobierno de Rajoy en el Consejo de Ministros del viernes, día instaurado como fecha semanal conmemorativa de la estupefacción general. Reunión tras reunión del Ejecutivo se agravan los errores. Los cambios de opinión de los ministros conforman una clara demostración de lo que significa coger el camino equivocado, donde la improvisación debería estar arrinconada y no precipitarse en las mismas mentiras de Zapatero, precursoras del atasco que sobrelleva España. La sima económica horadada por el anterior Ejecutivo es tan profunda, amén de las recolocaciones de sus afines en instituciones y empresas, que cada vez es más difícil taponarla con la ristra de recortes que no alumbran recuperaciones y ni siquiera son comprendidos y respetados ni en España ni en Europa. De ahí la protesta generalizada de funcionarios y no funcionarios que se extiende por las calles (en Canarias, inusualmente concurridas), con desenlaces impredecibles y con algunos episodios ya preocupantes, aunque los que cobren menos de 962 euros recibirán la paga extra. Infelices los que lleguen a 963.

El impuesto del IVA subirá, a partir del l de septiembre, trece puntos en cine, teatro, literatura, espectáculos (inestimable ayuda a la cultura), peluquerías, discotecas y... ¡servicios funerarios! Morirse también está resultando complicado. La verdad es que, si miramos atrás, ningún gobierno había conseguido tal grado de exquisitez. Porque, en realidad, se trata de una humanitaria medida para que el ciudadano se cuide, no se ponga enfermo, no la casque, y así no tenga que pasar su familia por el doloroso trance de pagar por el entierro unos 400 euros de más, que es lo que significa la dichosa subida. Y es que las funerarias tampoco se libran de los nuevos costes, que les afectarán de forma importante. Hablamos de un funeral normalito, como es un ataúd de precio bajo, una o dos esquelas, un ramo de flores y nada de coronas. Hasta hoy, este gasto ascendía a unos 3.000 euros. Dentro de un mes subirá en esos 400 que contempla el IVA. El ciudadano, pues, por esta resolución de los viernes, pondrá más atención a lo que consume, su vida se prolongará larga y placenteramente gracias a un grupo político-económico que vela, emocionalmente, por su bienestar.

Pero no todos miran por este peculiar cristal diseñado para tratar de entender un sinfín de desatinos. Y es que, como decimos, numerosos ciudadanos vienen manifestándose en diferentes ciudades españolas con un rechazo total a los recortes del Gobierno con el fin de reducir el déficit creado por otros, a pesar de las últimas declaraciones de Rubalcaba y Valenciano, quienes, en un alarde de claridad política, han manifestado que desde hace seis meses los "populares" son los responsables de la situación. ¿Y qué hacemos con los últimos siete años y con la mejor banca del mundo? Les sería más coherente reconocer las realidades pasadas aportando, simplemente, un grado de humildad a la vergonzosa gestión del partido manifestando, públicamente, que quizás se debieron tomar otras decisiones, por ejemplo.

Como la sociedad continúa asfixiada, sin escuchar ninguna evidencia por parte de nadie, sale a la calle de manera espontánea (por el momento), y en Madrid ha llegado cerca del Congreso intentando aproximarse al Palacio de las Cortes, lo que ha sido rechazado por la Policía, que, con la protesta generalizada de todos los grupos políticos, a excepción de los "populares", ha levantado, por orden del Ministerio del Interior, un cerco de vallas metálicas además de un destacado número de furgonetas antidisturbios que, incluso, impiden el acceso a la Carrera de San Jerónimo, custodiando las esquinas y ocupando la parte central de la Plaza de las Cortes. Viandantes y turistas tienen restringido el acceso a la zona y, como es de suponer, el espectáculo es bochornoso. Los representantes de los ciudadanos no pueden permanecer aislados por un vallado que trata de incomunicar las protestas generalizadas contra la política económica de este Gobierno, arrinconado la pasada semana en el Parlamento.

Por si esto fuera poco, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, olvidando la corrupción en Cataluña, ha llamado a todas las comunidades a "plantarse ante el último plan de recortes", ya que propone unas exigencias que son un "acto de deslealtad total. Hay que pagar las deudas y repartir los sacrificios"...

¡Ah!, los huevos suben el 50%.