No nos explicamos la pasividad ciudadana ante la permanencia de Paulino Rivero al frente del Gobierno de Canarias. No nos cabe en la cabeza que su partido no solo no lo haya echado a patadas, figurativamente hablando, en su último Congreso Nacional, sino que incluso lo ha elegido presidente. ¿Qué es lo que quiere Coalición Canaria? ¿Desaparecer en todas las islas como ya lo ha hecho en la tercera? En cuanto a las asociaciones de vecinos, sindicatos y otras organizaciones ciudadanas y de todo tipo, incluidas las culturales, ¿por qué no se echan a la calle para exigir el fin de esta tiranía política? ¿Es que son masoquistas? ¿O es que no les importa Canarias? ¿No les importan las colas del hambre, las muertes en las listas de espera sanitaria o la emigración de los jóvenes? Ayer publicábamos en EL DÍA que Canarias es una de las regiones de la Unión Europea con mayor nivel de paro juvenil, al registrar cifras en torno al 50 por ciento, según los datos de julio de 2012 de Eurostat.

¿Por qué nos ocurre esto? Nos ocurre porque somos una colonia cuyos recursos España saquea infamemente desde hace casi seiscientos años, pero más que nunca en estos tiempos de crisis. Nuestros hijos pasan hambre para que los hijos de los españoles estén bien alimentados. Esa es una realidad que no quieren ver los españolistas y los amantes de la españolidad, pero eso no impide que sea una realidad fehaciente. Pero es que no solo somos una colonia española; también somos una región ultraperiférica europea para mayor esplendor de un necio político llamado Paulino Rivero que ha ido en estos días a París a pedir ayuda y afianzar, qué disparate, la "ultraperificidad" de Canarias. ¿Ultraperiféricos de qué? ¿Es que el Archipiélago canario no ha estado desde siempre en medio de tres continentes? ¿No constituye nuestra situación estratégica uno de nuestros mejores recursos? Unos derechos de paso, tanto marítimo como aéreo, de los que se benefician España y los españoles, no Canarias y los canarios. ¿No se da cuenta la gente de todo esto?, insistimos en preguntar. Si los ciudadanos canarios, si los auténticamente patriotas, son conscientes de lo que está pasando pero no hacen nada, entonces no nos queda más remedio que calificarlos de masoquistas.

Otra inmoralidad es lo que está ocurriendo con la Televisión Canaria y la "Radio Nacional de Canarias". Dos medios de comunicación al servicio del déspota político que nos gobierna y de la goda política que lo acompaña. Y que conste que una vez más citamos a la señora Mena no en calidad de esposa del presidente autonómico, sino en su faceta política. Porque la señora Mena es concejal del Ayuntamiento de Santa Cruz, es decir, ostenta un cargo político, y también ha participado en actos oficiales vestida con peineta y mantilla, lo cual supone asumir el papel de primera dama.

Esa televisión y esa radio autonómicas, insistimos, están al servicio de esta pareja rumana que nos ha caído en desgracia. Porque también publicábamos ayer otra noticia muy relevante sobre lo que estamos diciendo: el jefe de Producción de la Televisión Canaria fue elegido el pasado fin de semana nuevo secretario de Organización de Coalición Canaria en la tercera isla, en un congreso en el que Fernando Bañolas fue reelegido, con el 87% de los votos emitidos, secretario general de los nacionalistas. ¿Qué tomadura de pelo es esta? ¿Una televisión que pagamos todos al servicio de un partido nacionalista, que en realidad ni siquiera es nacionalista? La mejor prueba de la conexión política entre el Gobierno regional y la Televisión Canaria es la presencia de este alto cargo que comparte responsabilidades en CC. Esta televisión tendría que estar ya cerrada. No hay derecho que se siga gastando tanto dinero en un medio propagandístico mientras la gente pasa hambre.

Seguimos sin entender qué beneficio representa para Canarias la presencia de Paulino Rivero y de su esposa. Sabemos que ambos son indisociables políticamente hablando. Ambos cogobiernan en las Islas. Quién les iba a decir a los canarios que una goda política, y nos referimos a una goda en abstracto, en el bien entendido que el término "godo" o "goda" no significa el lugar de procedencia de una persona sino su actitud, iba a gobernar este Archipiélago. Una goda, por si fuera poco, amiga de denunciar a los canarios de pro y decentes.