POR FIN, buenas noticias -que ya era hora-, aunque no sean para echar las campanas al vuelo. Pero algo es algo tras el "rajoynetazo" de la semana pasada, que a algunos tiene aún sin coger el sueño. La buena nueva a que me refiero anuncia que, tal como ayer publicaba este diario, se abriría como centro de especialidades lo que, se supone, luego se completará con el Hospital del Norte.

En acelerar esa gestión veo la mano y el empeño del senador del PP y catedrático de Cirugía de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna Antonio Alarcó, que se empeñó, el hombre, en sacar adelante el centro, y también por el empeño de la consejera del Cabildo Insular de Tenerife, Cristina Valido, que hasta sugirió un traslado de personal del Hospital Universitario de Canarias. Como me supongo que don Paulino Rivero, como presidente del Gobierno autónomo, ya ha abierto la caja del Ejecutivo para equipar y poner en funcionamiento el hospital, espero que el centro empiece a funcionar y tranquilice a los miles de pacientes de la Isla Baja y parte de la alta y, en especial, a las señoras que tengan que dar a luz, que ya no tendrán, por caso, que parir en el zaguán de la casa de al lado.

La otra noticia a la que me refiero es igualmente grata, porque se supone que, de momento, perderá Paulino Rivero el caudillaje en Coalición Canaria, ganado con tejemanejes en el V Congreso del partido.

La cosa, desde luego inesperada, es que se ha aprobado una nueva estructura para el partido supuestamente nacionalista en Tenerife, mediante la cual se elimina la presidencia. Es decir, Fernando Clavijo, hasta ahora alcalde de La Laguna, gobernará como secretario general, que es el máximo órgano del poder en CC.

Queda atrás la trapisonda del congreso regional y ahora mandan otros que no son los elegidos en el anterior congreso. Piensan los malintencionados que alguien tenía preparada esa desagradable sorpresa para Paulino, quien ya no manda en el partido y el gobierno al mismo tiempo y tendrá que olvidar sus deseos de repetir en el Ejecutivo en las próximas elecciones.

En resumen, que muchos dentro del partido se alegrarán y en la calle, ya se sabe. El paulinato pierde su presencia y sus ilusiones para la próxima legislatura y los adulones y pelotilleros son los que, seguro, la tienen perdida, ya que el paulinato, que llaman, ha experimentado un duro golpe para el bien de Canarias, y ojalá sea el comienzo de otros que terminen en el definitivo. Sería el mejor de los resultados.