La idea no es nueva, pues en China, Japón, Tailandia, Corea, las medusas generan negocio y, desde, hace unos años se han introducido tímidamente en la cocina occidental.

En el imperio chino las crían hasta en estanques para realizar con ellas recetas de la cocina imperial; en Corea triunfa la sopa de medusas; en Japón las suele tomar acompañadas de la picantísima salsa wasabi. Pero la receta nipona más conocida de medusa es la ensalada de medusa, aliñada con salsa de ciruelas en escabeche, mostaza japonesa o salsa de soja y aceite de sésamo.

El experto Thomas Heeger asegura que todas las que se encuentran en el Mediterráneo son comestibles. Sobre todo la Cotylorhiza tuberculata, conocida popularmente como "el huevo frito", una de las más comunes y menos peligrosas de nuestras costas.

Cabe destacar que la chef Carme Ruscalleda (3 estrellas Michelín) lleva años trabajando con las medusas y su incorporación en la cocina. En su restaurante ha introducido este organismo marino en diversos platos. La cocinera catalana ha experimentado para que en las mesas del restaurante Sant Pau sea complemento de la fideuà, la pipirrana o la ensalada de medusas.