El incendio forestal que azotó la semana pasada a Adeje, Vilaflor y Guía de Isora ha dejado un balance elevado de hectáreas afectadas como consecuencia de las llamas, según se destacó durante el encuentro que los alcaldes de los tres municipios perjudicados, José Miguel Rodríguez Fraga, Manuel Fumero y Pedro Martín, mantuvieron ayer con el vicepresidente del Gobierno canario, José Miguel Pérez, reunión en la que también estuvieron presentes otros consejeros autonómicos y del Cabildo de Tenerife, así como responsables del Parque Nacional del Teide.

El fuego, que comenzó el domingo 15 y no fue controlado hasta mediados de la semana pasada, "afectó a unas 6.000 hectáreas de monte y casi la mitad de las mismas se quemaron", según se destacó.

El esfuerzo para el control de las llamas permitió que "ninguna especie protegida del Parque Nacional del Teide quedase dañada y su repoblación" no entrañará grandes dificultades, explicaron durante el balance llevado a cabo ayer en el municipio de Adeje.

"La actuación de los servicios de extinción, de los cuerpos de seguridad y policías también sirvió para que no se produjeran víctimas humanas", se señaló durante la reunión, resaltando que "los únicos" daños que se produjeron fueron materiales, como que "se quemó algún vehículo o infraestructura hídrica".

Dos horas de reunión

"Ahora, lo más urgente es realizar actuaciones preventivas en la zona de monte que ha quedado quemada de los municipios de Adeje, Guía de Isora y Vilaflor para evitar que se produzcan escorrentías durante la época de lluvias" porque también supondría riesgos, indicaron en el transcurso del encuentro celebrado ayer, el cual se prolongó durante más de dos horas.

Paralelamente, incidieron en la necesidad de impulsar las políticas de prevención en los montes para evitar que situaciones de este tipo se vuelvan a producir en cualquier área forestal que tiene el Archipiélago.

"El incendio ha provocado un daño medioambiental importante" a esta zona de la comarca de la Isla, por lo que se deben tomar medidas para que no se repita, argumentaron.

El vicepresidente del Ejecutivo autonómico, José Miguel Pérez, consideró que una de las medidas preventivas en la que ya se trabaja es en la petición al Estado de que, al menos, un hidroavión tenga base permanente en el Archipiélago.

El objetivo es que la actuación de "este apoyo aéreo" a la extinción del fuego no se demore horas, como ocurrió en este último incendio forestal.