Más de 10.000 fieles asistirán a la asamblea anual de Testigos de Jehová que se celebra entre mañana y el domingo en Madrid con el lema "Protejamos el corazón", para "orientar los sentimientos, emociones y afectos según los principios de la Biblia".

El corazón entendido como conciencia "necesita guiarse por una serie de principios y valores de los que hoy, lamentablemente, estamos muy carentes", pero que ayudan a mejorar las relaciones con el prójimo, sea o no creyente, según ha explicado el portavoz de la sede nacional de Testigos de Jehová, Aníbal Matos.

En tiempos de crisis, comenta, las comunidades locales procuran prestar toda la asistencia posible a los miembros que pasan estrecheces.

No siempre puede ser económica porque se carece de recursos, pero hay apoyo "moral y emocional", comenta Matos, para tratar de conseguir trabajo a los desempleados, o se dan consejos para el ahorro familiar en un especie de red de socorro mutuo.

El domingo habrá una representación dramática sobre la trascendencia del amor, subraya, como un vínculo que une, que cohesiona en las relaciones de pareja y en la familia.

Para el sábado se ha programado en el mismo lugar (Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid) una ceremonia de bautismo de unos 50 nuevos fieles, a los que se instará a que "entreguen el corazón a Jehová".

La asamblea es de carácter nacional, pero se celebra en 25 convocatorias de fechas diferentes en varias localidades de toda España por la imposibilidad de congregar simultáneamente a todos los fieles en un mismo lugar.

En Madrid se convocan este año dos reuniones, este fin de semana y el siguiente, al igual que en Barcelona.

Algunas de las reuniones son en rumano, inglés, alemán, incluso en chino o ruso, según el origen de creyentes de otros países.

Matos ha calculado que son unos 113.000 testigos en España, aparte de unos 47.0000 simpatizantes; el 15 por ciento serían inmigrantes, principalmente hispanoamericanos y rumanos.

El culto, otras actividades y la compra o alquiler de locales se financian con donaciones voluntarias, según Matos, pues la confesión religiosa es responsabilidad del creyente, "no del erario publico".