El caserío lagunero de Las Carboneras, en el macizo de Anaga, pudo ser ayer el escenario de un trágico suceso. Faltó muy poco. Un hombre de 44 años, Jacinto Martín González, con problemas de salud mental y en posesión de una escopeta de caza, utilizó dicha arma para disparar contra su primo Leocadio Martín González, de 52 años, a quien solo causó heridas leves de perdigones. Además, efectuó un tiro contra la ventana de otro vecino, Ramón, que no sufrió lesiones. Al final, Jacinto huyó hacia una zona escarpada y, cuando varios policías trataban de mediar y convencerlo para que se entregara de forma tranquila, se disparó y se provocó heridas graves en el cuello.

Según varios vecinos de la zona, Jacinto llevaba algún tiempo con depresión. Su situación económica tampoco ayudó a superar esa crisis, ya que, al parecer, está en paro y ha dejado de percibir la ayuda económica.

Una vecina de Las Carboneras afirma que Jacinto nunca había protagonizado episodios violentos ni había molestado a los residentes en la zona.

Sin embargo, desde finales de junio o comienzos del presente mes, su situación se había vuelto más preocupante.

Pero nadie podía imaginar que, durante la mañana de ayer, utilizara su escopeta del calibre 12 y cañones paralelos para emprenderla a tiros contra su primo Leocadio, que trabajaba en una huerta situada a unos 40 metros de la casa de Jacinto. Leocadio recibió perdigonazos en el abdomen, aunque sufrió lesiones leves.

Ramón se preparaba para ir a trabajar cuando escuchó un tiro que impactó contra el cristal de una ventana y la fachada de su casa, ubicada a unos 50 metros de la de Jacinto.

El presunto agresor cogió su escopeta y huyó barranco abajo, en dirección a una zona conocida por los lugareños como la Peña Cho Luis. Hasta las cercanías acudieron agentes y mandos de la Policía Judicial de La Laguna, que hablaron con Jacinto, a pesar de que este se mostraba muy alterado. En un determinado momento, Jacinto se disparó la escopeta y sufrió lesiones en el cuello. Tras el impacto, el hombre se cayó de un árbol y quedó en un paraje de difícil acceso. Como ejemplo de la alarma que causó el suceso, hasta el lugar acudió el comisario provincial, José Antonio Rodríguez Chico, que permaneció allí hasta el rescate de dicho hombre. Otros recursos presentes fueron agentes forestales de Santa Cruz, patrullas de la Policía Nacional, la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), bomberos del Consorcio de Tenerife y rescatadores del helicóptero del Grupo de Emergencias y Salvamento (GES). Dicha aeronave, después de varias incursiones por el barranco de Taborno, sacó al agresor de la zona y lo trasladó hasta la costa de Punta del Hidalgo. Y el helicóptero medicalizado lo llevó al Hospital Universitario de Canarias en estado crítico.

La operación fue seguida con mucha preocupación por la esposa, dos hermanas y otros familiares de Jacinto. La Brigada de Policía Judicial de La Laguna requisó la escopeta del presunto agresor. Cabe destacar que agentes de paisano y con chalecos antibalas de la citada unidad también portaban sus armas cortas, así como una arma larga, denominada en el argot policial como "franchy". Por unas horas, el macizo de Anaga y un hombre armado con escopeta en un paraje inaccesible hicieron recordar a algunos la pesadilla vivida en la zona durante la fuga de Dámaso "El Brujo" en 1991, tras haber matado a tres personas.