"Cava profundo, echa basura y cágate en los libros de agricultura"

(Anónimo popular)

ASÍ NOS VA. La agronomía, ciencia proscrita en Canarias; así nos va. Y es que muchos, en el sector, mostrarán su conformidad con tan escatológica afirmación. Los libros y el campo no son compatibles, dirán en su defensa. Una máxima más propia de los tiempos del cacique, creencia que mantiene al medianero asido a la guataca. Que viva lo tradicional y la cultura del medio rural, que viva el arrastre de ganado, el pastoreo y paseíllo a los plataneros que van en procesión a pedir la subvención a Bruselas. Lo rural ha desplazado a la agricultura productiva, las ayudas a la competencia, la etnografía a la ingeniería. Y los geógrafos analizan "la vuelta de efectivos poblacionales a la actividad agrícola", ¡toma ya!; y los arquitectos se encargan de la ordenación territorial y no dejan sitio para una granja ni para un muro ni para un cuarto de aperos... ¿Aperos? ¿Qué aperos?

En Canarias la agricultura es caricatura, por desidia o por intriga, qué más da. Se trata igual al agricultor profesional que al aficionado, sin tomar conciencia de que no es lo mismo la actividad primaria, motor de una economía, que el pasatiempo del jubilado. Esta semana, Paulino Rivero colgó en Facebook que "el Servicio Canario de Empleo pone en marcha un plan centrado en el desarrollo de la agricultura y la ganadería en las Islas, a través de convenios que se firmarán con los ayuntamientos que apoyen iniciativas laborales vinculadas con este sector". ¿Con los ayuntamientos?, no entiendo nada; ¿un plan quinquenal? CC y su política bolchevique de intervención, igualita que la del PP de Gabriel Mato, por cierto, que defendía el incremento de la ficha financiera del Posei en Estrasburgo, o la del PSOE y el totufo de Solbes, con perdón, y sus "dificultades permanentes". No se salva ninguno.

La agricultura canaria y sus dogmas de fe. Crucificados los intermediarios fruteros, convertida en adalid del medio ambiente, del paisaje y de "lo nuestro", destecnificada por completo, sobrevive sujeta a múltiples interferencias que distorsionan el mercado, como el mismo Posei, o el REA, o las ayudas al plátano: cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía.

Con la agricultura se genera riqueza, se crea empleo y se gana dinero, pero necesita empresarios y expertos agrónomos especialistas en la empresa agraria, en planificación, en infraestructuras, en cultivos, en manejo animal, en conservación y manipulación postcosecha, en comercialización. Expertos capaces de innovar en el negocio, de gestionar con eficacia y de implementar los últimos avances tecnológicos. Que sí, que claro que funciona, pero sobran ayudas y faltan técnicos.

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