Estimado y respetado don José, aprendí en el colegio que "es de bien nacido ser agradecido". Quiero trasmitir a través de esta carta pública hacia usted y su empresa, en la que he permanecido desde el principio con su hermano don Domingo y, posteriormente, con usted, el agradecimiento por haber formado parte de Jornada Deportiva y de EL DÍA, de esa gran familia en la que la información deportiva ha sido durante tantos años la tercera gran vocación de mi vida: la familia, el trabajo y el periódico.

Jornada ha sido para mí algo muy especial, igual que lo fue Radio Popular de Tenerife con don José Siverio, porque en tantos años me ha permitido compartir muchos y grandes momentos para difundir el buen nombre de la Villa orotavense, de la que usted fue en una ocasión pregonero de las fiestas patronales, en el antiguo Liceo Taoro. Si los medios me han permitido difundir y fomentar el espíritu deportivo de miles de niños y jóvenes, aparte de los senior, todo lo que rodeó esa información generó en mí una personalidad a nivel popular que jamás llegué a soñar, junto a los buenos compañeros de redacción, llena de trabajo, sacrificio, respeto y mucha ilusión. Seguro que me habré equivocado muchas veces, pero nunca con ensañamiento para perjudicar a nadie. Me siento querido, respetado y considerado por muchísimas personas; eso es muy de agradecer. Aprovecho la ocasión para dar las gracias a todas las entidades deportivas que supieron aceptar y respetar mi trabajo informativo.

Haber sido parte durante más de cuarenta años de su empresa en las dos etapas es un orgullo muy personal que me satisface. Por eso, reitero mi agradecimiento, y a la vez mi admiración y respeto hacia usted, por esa personalidad que muestra con sabiduría y convencimiento en defensa de su empresa y de nuestra querida tierra canaria.

Don José, muchísimas gracias una vez más; me retiro después de cuarenta y cinco años con la satisfacción del deber cumplido, de haber pertenecido a una gran empresa y a través de la misma haber difundido dentro de mis posibilidades el buen nombre de La Orotava, noble y leal. Un cordial saludo.

Antonio Expósito Mesa

(La Orotava)

La Asociación Valleseco con el Deporte

Esta carta va dedicada a mi hijo, presidente de dicha asociación. Es muy fácil para una madre decir lo bueno o lo gran persona que es su hijo, pero también una madre puede ver sus defectos como ve sus virtudes.

A mi hijo no le hace falta que yo se lo diga en esta carta, ya lo hago todos los días, porque al igual que le he dicho de sus equivocaciones tengo que reconocerle su gran valor social.

Me enorgullece decir que mi hijo salió a mí en el aspecto de querer siempre hacer el bien, y lo consigue haciendo buenas cosas por el prójimo. Jonay nació y se crio en un barrio como tantos, que, lejos de haber un sitio donde hacer deporte, solo había esquinas y una placita donde se reunía con los colegas. Luchó toda la vida por no caer en el mundo de las drogas y, en su obsesión, con otros jóvenes montó un gimnasio en el domicilio de un amigo, en el cual se reunía con un grupo de jóvenes y evitaba estar en la esquina o plaza. Hoy, aunque es joven, ya pasada la adolescencia, con un hijo a su cargo y sin trabajo, decidió ocupar el tiempo que está parado en ayudar a otros jóvenes, y aunque todavía no lo ha conseguido, estoy segura de que lo hará; no parará en su intento; es muy cabezón cuando quiere conseguir algo.

Valleseco con el Deporte es su meta para conseguir que los jóvenes tengan un sitio donde hacer deporte, que cambien el humo por el aire puro y que estos niños que están saliendo ahora, incluido su hijo, tengan la vida sana que no le facilitaron a él, lejos de vicios. Estoy segura de que lo conseguirá porque, aunque ahora lo tenga muy difícil por la poca confianza que le puedan tener algunos, la bondad siempre vence.

Jonay, hijo, te lo digo cada día, pero hoy me apetece manifestarlo al mundo entero: estoy muy orgullosa de ti y quiero que sepas que siempre vas a tener el apoyo de tu madre. Que Dios ten bendiga, hijo.

Araceli Felipe Ramos

(Valleseco)