España ha colocado hoy 3.132 millones de euros en tres emisiones de bonos por las que ha tenido que pagar más que en ocasiones anteriores, ya que no ha contado con ningún apoyo por parte del Banco Central Europeo (BCE), que no ha especificado aun cómo va a atajar la crisis de la deuda soberana europea.

En total, el Tesoro Público ha colocado hoy 3.132 millones de euros en tres emisiones distintas, de los cuales 1.062,14 han sido bonos a dos años con una rentabilidad del 4,848 %, otros 1.024,37 millones a cuatro años al 6,059 %, por encima del 5,621 % anterior, y los 1.045,83 millones de euros restantes a diez años con un interés marginal del 6,706 %.

En este último caso, se trata de la rentabilidad más elevada para deuda a este plazo desde el pasado noviembre, cuando tuvo que pagar el 7,09 %.

El ratio de cobertura, que es la proporción entre la demanda y el importe finalmente adjudicado, ha sido muy elevado, ya que las entidades han solicitado 8.197 millones de euros, 2,7 veces más de lo colocado.

En un comunicado, el Ministerio de Economía ha destacado la fuerte demanda de títulos públicos en todos los tramos "pese a la actual incertidumbre en el mercado, en especial, respecto de la decisión que hoy tomará el BCE".

Por lo que respecta a la subida del interés, la misma fuente apunta que "en todos los casos, se trata de tipos de interés en línea con el mercado secundario, lo que indica que no hay una presión añadida para el Tesoro".

A fecha de hoy, prosigue el Ejecutivo, España ha colocado ya el 72,2 % (62.016 millones de euros) de la previsión de emisión bruta de deuda a largo plazo para todo el ejercicio, que es de 85.900 millones de euros, a un coste medio del 3,43 %, por debajo del 3,90 % con que se cerró 2011.

La responsable de análisis y producto de Self Bank, Victoria Torre, explica que antes de la subasta "apostábamos a que habría una moderación en los tipos de colocación", después de que Italia logrará bajar el interés de su última emisión de deuda.

Pero la realidad no ha sido esta, prosigue la analista, y la subasta ha supuesto "una cierta decepción".

Aunque la demanda se ha cubierto y el ratio de cobertura ha sido alto, en el tramo a 10 años, el que más preocupaba, se ha visto una menor fortaleza, y la menor demanda apunta a un agotamiento de la capacidad de los bancos para seguir siendo el principal apoyo en las emisiones de deuda.

Asimismo, apunta otro factor preocupante, el incremento en los tipos de la subasta a dos años, que nos conducen de nuevo a un aplanamiento de la curva: el interés de la deuda a menor plazo sube hasta aproximarse o incluso superar al de la deuda plazos mayores, lo que se conoce como inversión de la curva de tipos.

Esto indica "una mayor percepción de riesgo y la inminencia de un posible rescate", al tiempo que muestra la falta de confianza de los mercados en que el presidente del BCE, Mario Draghi, anuncie hoy alguna medida concreta de apoyo a los países que, como España, pagan cada vez más por financiarse.

En el mercado secundario de deuda, la prima de riesgo de España, que mide el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán del mismo plazo, se estrechaba ligeramente tras la emisión.

Este indicador de la confianza que despierta entre los inversores la deuda soberana del país se situaba a esta hora en 529 puntos básicos, siete menos que al cierre de la sesión precedente, después de que la rentabilidad del bono español cayera al 6,648 %.

El mercado de renta variable, por su parte, mostraba cautela a la espera de las decisiones del BCE, y el principal indicador de la bolsa española, el IBEX 35, lograba a esta hora un avance del 0,40 %.

La de hoy ha sido la primera de las tres emisiones de deuda que celebra el Tesoro en agosto, ya que tal y como ocurrió el año pasado, no se ha convocado la subasta de obligaciones de mediados de mes, pero sí las de letras de los días 21 y 28.