El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, llamó ayer a los países en apuros a "estar preparados" para solicitar una intervención en los mercados del fondo europeo de rescate y aseguró que si eso ocurre, el BCE podría retomar sus compras de deuda.

Las declaraciones de Draghi tuvieron un efecto inmediato sobre la prima de riesgo que se disparó hasta 594 puntos básicos -de nuevo al borde de los 600-, y sobre la bolsa española que sufrió una caída del 5,16%.

En la rueda de prensa celebrada en Alemania tras la reunión del Consejo de Gobierno, Draghi aseguró que "los Gobiernos deben estar preparados" para activar el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) y el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) en el mercado de deuda cuando existan "circunstancias excepcionales para los mercados financieros y riesgos para la estabilidad de precios".

Comprar deuda

"Solo si eso ocurre -aseguró-, el BCE estaría dispuesto a retomar su programa de compra de deuda". Según el presidente del BCE, "el Consejo de Gobierno, dentro de su mandato de mantener la estabilidad de precios a medio plazo y en el respeto de su independencia para determinar la política monetaria, podría realizar operaciones en el mercado secundario de un tamaño adecuado para alcanzar su objetivo", explicó.

"La adhesión de los gobiernos a sus compromisos y el cumplimiento por el FEEF y el MEDE de su papel, son condiciones necesarias, no suficientes", aclaró.

El presidente del BCE subrayó que el BCE no puede sustituir a los gobiernos y aclaró que, por ahora, ningún país ha solicitado compra de deuda por parte de los fondos de rescate, por lo que el Banco Central no está en disposición de actuar. La puesta en marcha de ese mecanismo lleva aparejada una "estricta condicionalidad", recordó. Así, en su última cumbre, los jefes de Estado y de Gobierno de la eurozona acordaron flexibilizar el uso de esa vía para hacer frente a los costes de financiación de países como España e Italia.

Entre las reacciones que se produjeron ayer tras la intervención de Draghi, destaca la del Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo que celebró la disposición del banco europeo a volver a intervenir en los mercados y de adoptar más medidas de política monetaria no convencionales, pero incidió en que "más alivio monetario y apoyo no convencional ayudarían a relajar las tensiones" mientras tienen efecto otras medidas adoptadas.

"Celebramos la voluntad del BCE de llevar a cabo operaciones de mercado abierto de un tamaño adecuado y otras medidas de política monetaria no convencionales" aseguró un portavoz del Fondo Monetario Internacional en un comunicado.

Asimismo, el FMI señala que comparte con el Banco Central Europeo su preocupación por la necesidad de reparar la transmisión de la política monetaria en la eurozona y que están de acuerdo en la necesidad de la plena implementación FEEF y del MEDE.

Por su parte, el vicecanciller alemán y ministro de Economía, Philipp Rösler, aplaudió la decisión de Draghi, pese a que no es común que el Gobierno alemán comente las decisiones del BCE.

"Estoy totalmente de acuerdo con Mario Draghi en que, para calmar los mercados de deuda, merece una absoluta prioridad y es inevitable una decidida política de consolidación y reformas a nivel nacional", manifestó.

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