Autoridades de inteligencia de Corea del Sur creen que el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, ha ordenado la reestructuración de algunas unidades militares, informó hoy una fuente del Gobierno surcoreano.

Los servicios de inteligencia "detectaron situaciones que indican que las Fuerzas Armadas de Corea del Norte están realineando algunas de sus unidades, incluidas las fuerzas aérea y de artillería", indicó un funcionario a la agencia local Yonhap.

El reciente despliegue de helicópteros de ataque norcoreanos cerca de la frontera con el Sur del Mar Amarillo (Mar Occidental) habría sido parte de la reestructuración, según la fuente.

Oficiales del Ejército de Corea del Sur revelaron en julio que Corea del Norte había desplegado cerca de 50 helicópteros de ataque, entre ellos los modelos Mi-2 y Mi-4, a las bases aéreas de Taetan y Nuchon, cercanas a la línea divisoria marítima.

Las autoridades de inteligencia consideran muy probable que Kim Jong-un ordenara la reestructuración tras visitar las bases para "mantener una estrecha vigilancia sobre los movimientos (en la zona) mediante unidades especiales de guerra y tanques", detalló el funcionario surcoreano.

Kim Jong-un, cuya edad se estima entre 28 y 29 años, asumió el poder del militarizado régimen norcoreano tras fallecer su padre, el "querido líder" Kim Jong-il, en diciembre.

Desde entonces ha acaparado el control total del poderoso Ejército Popular de Corea del Norte tras ser nombrado primero "comandante supremo" y más tarde "mariscal" del mismo.

La frontera que divide a Norte y Sur en el Mar Amarillo es la zona en la que se han registrado los conflictos más graves entre ambos países, que siguen técnicamente en guerra después de que el conflicto que las enfrentó entre 1950 y 1953 concluyera con un armisticio que nunca fue sustituido por un tratado de paz.

Los sucesos más recientes en la zona fueron el hundimiento del buque Cheonan de Corea del Sur en marzo de 2010, que Seúl atribuye a Pyongyang, y el ataque de artillería de Corea del Norte sobre la isla de Yeonpyeong en diciembre de ese mismo año, con un saldo total de 50 surcoreanos muertos, dos de ellos civiles.