Japón anunció hoy la ejecución de dos reos en la horca, con lo que eleva a cinco los ajusticiados por pena de muerte en 2012 ante la indignación de las organizaciones humanitarias y después de que en 2011 no se aplicara ninguna pena capital.

A través de un simple anuncio y sin previo aviso, como es habitual en Japón, el Ministerio nipón de Justicia informó de la muerte en la horca de Junya Hattori, de 40 años, y Kyozo Matsumura, que hoy precisamente cumplía 31 años, ambos condenados a la pena máxima por asesinato.

Hattori fue ajusticiado en Tokio tras haber sido sentenciado a muerte por el secuestro, violación y el asesinato de una universitaria de 19 años, a la que además prendió fuego, en la provincia de Shizuoka (centro) en enero de 2002.

Por su parte, Matsumura fue ejecutado en la prisión de Osaka (centro) por asesinar en 2007 en la ciudad de Kioto a su tía, de 57 años y a la que robó algunos objetos y unos 20.000 yenes (poco más de 200 euros, 240 dólares), y por matar a su tío en Kanagawa (al sur de Tokio) tras robarle 3.000 yenes (unos 30 euros, 36 dólares).

En una rueda de prensa celebrada en el Ministerio de Justicia en Tokio, el ministro Makoto Taki, de 73 años, compareció para anunciar las ejecuciones, las primeras desde que accedió al cargo en junio de este mismo año.

Éstas se produjeron tras una "costosa decisión" de la Corte de Justicia, afirmó el ministro, que suscribió las ejecuciones hace unos días y aseguró que, como titular de Justicia, no puede sino acatar la sentencia.

Taki, tercer ministro de Justicia de la Administración de Yoshihiko Noda, quien asumió el poder en septiembre de 2011, subrayó que es necesario analizar cada expediente "con mucho cuidado".

También confirmó que el Ministerio está analizando sustituir la horca por otras formas de ejecutar las penas, como la inyección letal aplicada en EEUU, aunque por el momento no hay una decisión.

Japón, donde más del 85 por ciento de la población respalda este castigo, según un sondeo del Gobierno en 2010, es junto con EEUU el único país industrializado y democrático que cuenta con la pena de muerte en su código penal, y aplica la condena en el mayor de los secretos, sin testigos, ni aviso previo a condenados o familiares.

Organizaciones defensoras de los derechos humanos, como Amnistía Internacional (AI), condenaron la ejecución de los dos reos en Japón y mostraron su "profunda preocupación" por el hecho de que ésta sea la segunda ocasión en 2012 en la que se lleva a cabo la pena máxima, indicó un portavoz de la organización.

A finales de marzo Japón ejecutó a otros tres reos, casi dos años después de que se produjeran las últimas ejecuciones en el país asiático, en julio de 2010.

Para AI, uno de los problemas es que actualmente en la sociedad nipona "no hay discusión suficiente (sobre la medida), ni transparencia. El debate es a puerta cerrada, no está abierto al público, y eso es insuficiente", indicó la portavoz.

Según datos oficiales, con las dos ejecuciones de hoy un total de 130 presos se encuentran en la actualidad en el corredor de la muerte en Japón.

En 2011 se produjeron 676 ejecuciones en todo el mundo, a pesar de que el número de países que aplican la pena de muerte se ha reducido en más de un tercio en diez años, según datos de AI.

Estas cifras no incluyen las de China, que mantiene esos registros en secreto y en donde se cree que miles de personas fueron ajusticiadas.