El virtual candidato presidencial republicano, Mitt Romney, culpó hoy a las "fracasadas" políticas del presidente de EEUU, Barack Obama, del aumento del índice de desempleo en julio, que subió una décima al 8,3 % pese a que se crearon más empleos nuevos de lo que se esperaba.

"Estas cifras no son solamente estadísticas. Son personas reales, sufriendo realmente y afrontando tiempos difíciles", dijo Romney en un mitin en Las Vegas, en Nevada, estado con un índice de paro superior a la media nacional.

El aumento de una décima en el desempleo de julio refleja "un extraordinario fracaso de la política (de Obama) y de su liderazgo", sostuvo Romney, que habló en Las Vegas a la vez que el presidente y candidato demócrata a la reelección ofrecía un discurso en la Casa Blanca sobre su plan para ampliar los recortes impositivos a la clase media.

Los datos de desempleo en Estados Unidos en julio mostraron hoy señales mixtas, con un repunte del índice contrarrestado por un incremento superior al esperado en la creación de nuevos empleos.

El índice del 8,3 % es el más alto desde febrero, una décima por encima del 8,2 % pronosticado por los expertos, y se mantiene ya por encima del 8 % durante más de 42 meses.

Sin embargo, la cifra de creación de nuevos empleos (163.000) fue la mejor desde febrero.

Por otra parte, Romney dijo que las políticas de Obama, entre ellas la reforma sanitaria, "llevan a que Estados Unidos no sea tan fuerte como debe ser para nosotros, para nuestros hijos y para el mundo".

Antes de su intervención en Nevada, un estado de los considerados clave para ganar las presidenciales de noviembre, la campaña de Romney criticó en un comunicado que el incremento del índice de desempleo "es un nuevo mazazo a las familias de clase media".

Romney, que se prevé que sea designado oficialmente candidato presidencial republicano en la convención de su partido en Tampa (Florida) a finales de agosto, ha centrado buena parte de su campaña en acusa a Obama de no haber sido capaz de mejorar la economía tras la crisis.

Cuando apenas faltan tres meses para las elecciones del 6 de noviembre, el desempleo y en general la situación económica son la mayor preocupación de los estadounidenses.