La consellera de Educación, Formación y Empleo, María José Català, ha admitido este viernes que su departamento "está estudiando" la posibilidad de cobrar una cantidad "simbólica" a aquellos alumnos que se lleven su propio ''tupper'' para comer en el colegio, con el objetivo de hacer frente al pago de los monitores que vigilan a los menores durante la comida, aunque aún no se ha tomado una decisión al respecto.

Así lo ha indicado Català durante la rueda de prensa posterior al pleno del Consell, tras ser preguntada por la intención de la Generalitat de Cataluña de hacer pagar a los escolares que lleven fiambrera alrededor de tres euros al día como máximo por usar el comedor, una cantidad que variará en función de cada centro. Al respecto, la titular de Educación valenciana ha precisado que, aunque el Consell estudia también esta posibilidad, la cantidad será "muy pequeña" y "nunca llegaría a esos tres euros".

Así, ha insistido en que se está elaborando una nueva orden de comedor en la que podría incluirse este cobro, aunque sería una cifra "muy simbólica" para sufragar la vigilancia de los menores durante la comida, que asciende actualmente a 1,45 euros por alumno al día, aunque "ni siquiera" se ha decidido si se repercutiría esta cantidad en su totalidad, ha recalcado.

La consellera ha subrayado el "esfuerzo importante" que realiza el Consell en becas de comedor, con una dotación de 75 millones de euros que no se ha visto reducida pese a la reducción global del gasto público, al tiempo que ha reiterado que no le parece mal que se permita que los niños lleven la comida de casa, siempre y cuando haya espacio suficiente en el comedor, se mantenga la cadena del frío en los alimentos y cuente con el visto bueno del Consejo Escolar, que deberá determinar la prioridad de acceso al comedor si no hay espacio suficiente para todos los alumnos.