LEGIONES de entendidos aseguran que van a constituir el invento más revolucionario, a nivel de cambios en la sociedad y en el día a día de cada individuo, desde el inimaginable salto que representó la aparición de los teléfonos móviles, hace veintiocho años. Las gafas inteligentes son el as bajo la manga de Google, Sony, Microsoft, etc., y empezarán a sacarlo en nuevas generaciones de realidad aumentada -que después poco a poco irán sofisticando- de aquí a unos años.

¡No!, por favor, apuestan para que, como en las películas futuristas tipo "Misión Imposible 2" (2000), andemos por ahí con cacharros de visión cada vez más sofisticados en versiones que manejen datos y realidades localizadas o aumentadas sobre lo que en cada instante enfoque el campo de visión que aparece ante cualquiera de nosotros. Las primeras comercializaciones tendrían mucha similitud con las gafas que aparecen en "Los cazafantasmas" (1984) o en la adaptación al cine del cómic "Iron Man" (2008).

Por ejemplo, iremos a los partidos del Canarias con un aparato sofisticado y seleccionaremos o repetiremos la imagen de un mate o un triple en el cuadrito superior de la superficie de las gafas mientras que en la inferior enfocamos a la tía buena de la grada de enfrente con su correo informático parpadeando, en el caso de que, cuidadito con eso, no se haya dado de baja amparada en la Ley de Protección de Datos.

Google abandera el proyecto más esperado con Glass y fue presentado por el cofundador del grupo, Sergey Brin, el pasado junio, durante una espectacular conferencia en la que un grupo de paracaidistas filmaron, en directo, su salto y aterrizaje sobre el tejado del centro de convenciones de San Francisco.

Google Glass cuenta con una pantalla electrónica colocada en la parte superior de uno de los cristales, de modo que no entorpece la visión, en la que se pueden mostrar imágenes y datos sobre los objetos y edificaciones del entorno. Las gafas incorporan cámara de vídeo y fotos, micrófono, GPS, conexión wifi y funciones de control a través de la voz y de unos botones colocados en las patillas. Las funcionalidades son infinitas, tanto como la imaginación de los desarrolladores de aplicaciones.

Creo que nos podemos imaginar a gente caminando por la calle Castillo o por Herradores con un cuarto de casco de moto colocado en la frente como crisol de entendimiento del entorno, y si me apuran hasta con la lengua manejando el ratón. Yo les aconsejaría que empezaran a desarrollar esa habilidad. Al principio supongo que será cuestión solo de los noveleros, pero como se generalice y pueda ser funcional y operativo, como fue el caso del móvil -que, entre otros, yo decía que ni de coña iba a dejar que me amargara la vida-, me temo que si los pronósticos se cumplen y todo lo que conocemos no se va pa''l piso, el invento invadirá hasta las postales de Las Américas.

Sony también trabaja en serio en el desarrollo de lo que ya se denomina "gafas inteligentes". La empresa es fuerte en el campo de los videojuegos, donde es propietaria de las videoconsolas PlayStation y cuenta con un sello de distribución de juegos. En la feria CES de este año, celebrada en Las Vegas, mostró un modelo de gafas de simulación virtual con las que llevaba trabajando desde 2008, pero ahora busca ampliar sus posibilidades con un proyecto más parecido a Google Glass. En junio, el gigante japonés solicitó la patente para sus gafas, que permiten compartir información con otros usuarios de estos aparatos, con solo usar la mirada. Por supuesto, también se podrán conectar con otros aparatos, como móviles, PC y tabletas. Sony añade otra característica diferencial a las propuestas vistas hasta la fecha: la idea es que las gafas recojan información como la presión sanguínea y el ritmo cardiaco, con vistas al público amante del deporte.

Es decir, que vamos a poder analizar el estado de agitación de los demás. Microsoft prevé incorporar unas gafas inteligentes a su creciente ecosistema de equipos de detección de movimientos Kinect.

Es más, ya existen gafas con mp3 incorporado, o las Epson Moverio BT-100, que permiten proyectar películas, imágenes e incluso sitios web para cada ojo con un giga de memoria interna, con ranura para tarjetas microSDHC de hasta 32 gigas, con wifi y que pueden conectarse con cualquier dispositivo Android.

Abre el ojo, colega.

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