Nos ocupamos de este asunto en nuestro comentario del viernes pero lo traemos de nuevo al editorial de este domingo por lo que tiene de cómico: José Miguel Barragán, portavoz de Coalición Canaria en el Parlamento regional, acaba de enterarse de que España trata a estas Islas como una colonia. ¿Y cómo las va a tratar si realmente son una colonia disfrazada de comunidad autónoma? No queremos ofender al señor Barragán en lo personal pues como persona, al igual que cualquier político, nos merece el máximo de los respetos. Nuestras críticas, como siempre, se refieren a su actividad pública. Y como político con cargo público solo podemos decir de él que dentro de la cabeza no tiene sesos sino manteca. Sí, señor Barragán: somos una colonia. Y lo somos desde hace casi seis siglos. Seiscientos años de sometimiento a un país que nos ha esclavizado y esquilmado. Antes nos sojuzgaba con cadenas y con el miedo al látigo y a la Santa Inquisición. España no usa ahora cadenas con nosotros porque eso estaría mal visto internacionalmente. Sin embargo, nos ata igualmente con cadenas administrativas y nos atemoriza con la falsa idea de que económicamente no podríamos subsistir desvinculados de España. Una gran mentira con la que se ha narcotizado a todo un pueblo durante siglos. Una falacia que ha sido desmentida con datos fehacientes por muchos economistas, entre ellos Jorge Dorta, colaborador habitual de EL DÍA. Lo que España saca de "su finca" canaria es mucho más de lo que aporta. Eso lo deberían saber Barragán y otros dirigentes de Coalición Canaria.

Sí, somos una colonia. Ya era hora, como señalamos en nuestro comentario del viernes, de que el señor Barragán y otros mandatarios de CC se diesen cuenta de que no estamos en Europa sino frente a las cosas de África. En los planes de Marruecos está el de reivindicarnos como parte de su territorio, al igual que Ceuta, Melilla y los islotes costeros del Mediterráneo. La única alternativa es ser una nación soberana antes de que Rabat materialice ese derecho que tiene sobre nosotros. Se ha perdido un tiempo precioso, pero más vale tarde que nunca. Ahora bien, ¿qué ha hecho Coalición Canaria, un partido supuestamente nacionalista, para evitar que continuemos siendo una colonia durante no se sabe cuánto tiempo más? ¿Le han dicho a su representante en Madrid, la señora Oramas, que aproveche la primera sesión del Congreso de los Diputados para decir allí lo mismo que el señor Barragán está manifestando en las Islas? Ana Oramas, a quien nunca hemos insultado -pese a lo que ella dice- sino simplemente criticado como persona con una actividad política, le ha hecho y le sigue haciendo un flaco servicio a Canarias y a los canarios. Diríamos inclusive que está traicionando a los canarios. Lo mismo que Barragán.

Por otra parte, ¿no se ha dado cuenta el portavoz de CC, que también es secretario general de su partido, de que mientras el Gobierno de Canarias esté presidido por un político tirano y déspota, nuestra esclavitud es doble? Estamos sometidos a los españoles pero también a las arbitrariedades de una pareja que pretende manejar estas Islas a su antojo. Usted no es un ciudadano libre, Barragán, como lo son los habitantes de otros archipiélagos que han accedido a su libertad tras un período colonial que, en ningún caso, fue tan largo como el que padecemos los canarios. Usted es un esclavo, señor Barragán. Usted, al igual que todos los canarios mientras sigamos sometidos a los españoles, es un negrito con la piel blanca. Un indígena que no viste con taparrabos sino con traje europeo, pero eso es lo de menos porque aunque la mona se vista de seda... Y no solo eso: usted también está sometido a un tirano político que acalla a quienes propugnan romper las cadenas que nos atan a la metrópoli. Usted es un colaboracionista de Paulino Rivero y ambos los son de los españoles. Por eso, llegado el momento, los patriotas canarios, el pueblo canario en general, lo invitará a que abandone esta tierra para siempre. Tendrá que exiliarse, al igual que Ángela Mena, porque es imposible que sigan viviendo entre nosotros después del daño que nos han causado por acción y por omisión.

Es incomprensible que un partido que se proclama nacionalista siga sin exigir un calendario de negociaciones que conduzcan a la independencia de Canarias. Qué absurdo más grande estar llorando por el recorte que hace el Estado español en el reparto autonómico. En vez de lamentarnos, lo que procede es decirle a España que se vaya con su depauperada economía a otra parte y que nos deje a los canarios administrar por nuestra cuenta, pues son nuestros, los grandes recursos que poseen estas Islas; tanto los actuales como los potenciales. Estamos en una situación favorable para conseguirlo. España lo sabe y por eso tiene miedo. Un miedo corroborado por el silencio de la prensa española, que no publica ni una línea sobre el creciente clamor independentista que está surgiendo en nuestra tierra. Por eso no dudamos en afirmar que la prensa española es cómplice de que se pueda producir un levantamiento en Canarias.

No obstante, pese a los silencios cómplices, pese a la traición de CC, pese al disgusto que les causará a los españolistas y a los amantes de la españolidad de unas Islas que no son España ni son de España, la libertad de este Archipiélago llegará antes o después. Llegará incluso más pronto de lo que muchos piensan porque, en eso sí acierta Barragán, las colonias se pierden. Hasta Gran Bretaña perdió su imperio y los propios españoles fueron expulsados a patadas de todos los países que invadieron. Siguen en Canarias, aunque no por mucho tiempo, como decimos. De la responsabilidad de los gobernantes españoles, de la actitud del propio Rey Juan Carlos -que es una persona sensata- depende que su salida de Canarias se produzca de una forma correcta, como corresponde a un trato entre personas civilizadas, o, por el contrario, se tengan que ir de mala manera. Nos gustaría mantener buenas relaciones de amistad con los españoles en el futuro. Nos gustaría, como hemos dicho en múltiples ocasiones, mantener la lengua española. Pero eso no depende de nosotros sino de los españoles. Si la actitud de los políticos de la metrópoli sigue siendo la cerrazón, no auguramos nada bueno. Incluso podríamos renunciar a utilizar el español y adoptar el inglés, que no solo es un idioma universal sino también la lengua que utilizan hoy en día los países más ricos del mundo. Países entre los que se situará Canarias cuando los canarios, como decimos, administremos nuestros recursos en beneficio propio.

Queremos acabar este editorial con una referencia obligada a la grata visita que nos ha hecho esta semana Fernando Clavijo, alcalde de La Laguna y nuevo secretario general de CC en Tenerife. Nos agradece el señor Clavijo el trato que ha recibido en esta Casa. Le hemos dicho personalmente, y lo reiteramos ahora ante nuestros lectores, que lo hemos tratado de la misma forma que a todos los políticos. Lo hemos criticado cuando pensamos que debíamos hacerlo y hemos alabado de él que sea uno de los auténticos patriotas que hay en CC. EL DÍA se expresa con entera libertad porque no está sometido a la tiranía política de Paulino Rivero, cuyos manejos para "cerrarnos", para acallar la única voz libre del pueblo canario, han sido tan estúpidos como infructuosos. Confiamos en Fernando Clavijo y esperamos mucho de él. Sabemos que será una persona clave en el proceso de nuestra emancipación de España. Lo que seguimos sin entender, y así se lo hemos dicho, es que no haya aprovechado su discurso como nuevo secretario general de CC en Tenerife para poner en su lugar a Paulino Rivero. Un lugar que solo puede ser la dimisión fulminante y el destierro perpetuo.