Los pescadores del municipio de Garachico aseguran que el abandono que sufre este sector por parte de la Administración regional llega hasta tal punto que "lo mejor que podríamos hacer es cerrar la puerta de la cofradía y entregarle las llaves a la Dirección General de Pesca, y que sean ellos los que hagan lo que quieran", según manifiestan los responsables de la cofradía San Roque Isla Baja, quienes indican que esta realidad y sensación es igual en todos los enclaves pesqueros de la Isla de Tenerife.

También ha puesto de manifiesto que "a los pescadores de Garachico no se nos tiene en cuenta para realizar cualquier consulta", incluso para su traslado al nuevo puerto deportivo del municipio, puesto que para la reubicación de la grúa y el primer punto de venta de pescado afirman que no se les ha convocado para ningún tipo de reunión, por lo que aún permanecen sin información en el antiguo embarcadero.

En este sentido, los miembros de la cofradía señalan que los contactos se establecen entre la Administración autonómica y la local, por lo que la única información que reciben es directamente del alcalde, Heriberto González, sin que estos profesionales formen parte de los encuentros sobre el futuro el nuevo puerto.

Así, señalan que el problema es que "el consejero y el viceconsejero de Pesca ni siquiera nos han llamado para saber cómo nos van las cosas o para saber cómo será nuestro traslado".

Por ello, no ocultan su cansancio, puesto que el comportamiento de la administración es, aseguran, de abandono absoluto hacia este sector, falta de atención y de interés hacia las cofradías, máxime en "un momento de especial sensibilidad, porque ante el proceso de construcción del nuevo puerto y el traslado que ya se debería estar realizando, nuestras actuales dependencias en el antiguo embarcadero, están a estas alturas en un estado desastroso".

Por todo ello, reclaman a la Consejería regional de Agricultura y Pesca que adopte medidas inmediatas, aunque según explican los pescadores que "el problema es que intentamos ponernos en contacto con las personas responsables de este departamento, pero nunca responde ni pasa nada de nada".

A la deriva

Ante esta realidad, los responsables de la cofradía de Garachico afirman que se sienten "a la deriva absoluta", puesto que desconocen cuál será su futuro más inmediato y las condiciones en las que estarán, agradeciendo solo al alcalde del municipio "su papel mediador y de información constante".

Sin embargo, hasta el momento solo saben que su ubicación en el puerto deportivo depende de que cuenten con una instalación para la venta de pescado, que deberá ser provisional hasta que dentro de un año se realice la construcción del nuevo edificio portuario.

En este sentido, están en desacuerdo con la previsión de contar con una instalación prefabricada, pues recuerdan el coste y la complejidad de poner en marcha el actual punto de venta tras sufrir daños a consecuencias del embate del mar, "máxime ahora con el traslado al nuevo emplazamiento hasta la reubicación en un nuevo edificio". Al respecto, reprochan que en el proyecto del nuevo puerto no se haya contemplado la actividad pesquera.