TAL COMO ha publicado la prensa local, "Madrid no contesta a Rabat y sigue los planes de Repsol". Según informaciones desde Madrid, al Gobierno español no le preocupa que Marruecos no haya encontrado petróleo "al otro lado de la mediana" (¿qué mediana?), en la misma zona en la que Repsol va a llevar a cabo sus previstas prospecciones a 60 km de las costas canarias (¡en plena Zona Económica Exclusiva de Marruecos!). El Ministerio español de Industria no valora las afirmaciones del rey de Marruecos, Mohamed VI, y mantiene que no se puede descartar la existencia de hidrocarburos.

Que el Reino de Marruecos no haya tenido éxito en la búsqueda de petróleo en sus aguas no cambia un ápice los planes del Ejecutivo español sobre las prospecciones autorizadas a Repsol (¡¡nulas de pleno derecho!!) a pocos kilómetros de las costas canarias (ilegalmente más allá de las doce millas de mar territorial alrededor de cada Isla, a las que solo tiene derecho España en virtud de la impuesta "soberanía política" que todavía ejerce sobre este territorio de ultramar). Así se lo ha comunicado al diputado Pedro Quevedo de la coalición CC-NC, en respuesta a un paquete de preguntas planteadas en el Congreso español por el diputado autonomista.

Después de que el rey Mohamed VI dijera al presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, que su país no ha detectado petróleo junto "al límite marítimo con las Islas" ("delimitación" que el Reino de Marruecos nunca ha aceptado) y, por lo tanto, no hay ninguna expectativa de una próxima explotación por su parte, Quevedo preguntó al Gobierno español por las posibles consecuencias de la afirmación del monarca marroquí (Alaui es el nombre de la dinastía reinante). El diputado autonomista, más papista que el papa, pretendía saber si el Ejecutivo español tiene constancia de que, efectivamente, el Reino de Marruecos no va a realizar prospecciones si tiene previsto contactar con las autoridades marroquíes para conocer en profundidad las razones que sustentan la afirmación del soberano marroquí y, sobre todo, si el Gobierno español piensa replantearse su posición respecto a los permisos concedidos (¡¡nulos de pleno derecho, reitero una vez más!!) a Repsol.

La respuesta del Ministerio de Industria constata, tres meses después de la visita de Paulino Rivero a Rabat y su entrevista con Mohamed VI, que los resultados y perspectivas de Marruecos en la búsqueda de petróleo no modifican los planes del Gobierno español. "Desde un punto de vista técnico, no es posible rechazar absolutamente la existencia de hidrocarburos en un área determinada, debido a la incertidumbre implícita a la exploración de gas y petróleo", ha contestado el Ministerio español, agregando que "son numerosos a nivel mundial los ejemplos de prospecciones fallidas seguidas del descubrimiento de grandes campos de gas o petróleo sobre la misma zona". Aclara el Gobierno español que la investigación en "aguas españolas" (¡¡mentira!!) se realiza bajo los principios de "riesgo y ventura", por lo que, si una compañía tiene indicios racionales de la existencia de hidrocarburos en un área determinada y decide invertir sus recursos, "no existen motivos técnicos que a priori aconsejen prohibir esta investigación, sin perjuicio de cumplir con la legislación" (¿cuál legislación?).

Por su parte, el ministro del ramo, el teldense José Manuel Soria -enfrentado con Rivero por la presidencia del Gobierno de Canarias-, ha destacado en una entrevista a la española agencia Efe, que si las prospecciones que realizará Repsol, a 60 km de las costas canarias, detectan que "hay petróleo, gas o ambas cosas", serían la "salvación de Canarias", con una alta tasa de paro y una economía débil. Soria ha considerado que las prospecciones son compatibles con el turismo de las Islas y ha hecho hincapié en el "impacto colosal que podría tener en términos positivos" para ellas que se encontrase petróleo y o gas. Su extracción, dijo, sería tremendamente positiva para "los puertos canarios, para la industria mecánica, eléctrica, turística, comercio, restauración... Sería la salvación de Canarias", destacó. Al mismo tiempo, el ministro español de Industria, Energía y Turismo recordó que la economía canaria está basada en el sector terciario, principalmente turismo (¡¡para ser más dependiente del exterior!!), que tiene "un peso superior al de España, un 28%", y calificó de "tragedia" que la tasa de desempleo en el Archipiélago esté en el 31%, a pesar de haber vivido en el año 2011 (¡con doce millones de visitantes, que se dice pronto!) un año récord turístico.

Pero aparte del expolio que pretende perpetrar España (¡¡como siempre hizo en sus colonias!!) de los recursos naturales que pertenecen al pueblo canario, lo más bochornoso de este asunto es que el médico Quevedo, metido a político con su colega y correligionario de Nueva Canarias Román Rodríguez, diga, sin el menor rubor, que lamenta que el Gobierno (de España) haya desperdiciado la "inmejorable oportunidad" de "establecer la Zona Económica Exclusiva de Canarias y establecer la mediana con Marruecos, ahora virtual, antes de conceder los permisos a Repsol (¡¡nulos de pleno derecho, reitero!!) de forma unilateral y sin consenso". Y aunque no pienso perder ni un solo segundo ilustrando al "doctor Quevedo" sobre los entresijos del Derecho Marítimo (rama del Derecho Internacional Público), sobre el que tanto he escrito, sí quiero recalcarle dos cuestiones importantes. La primera, que la "soberanía política" que sustenta de forma totalmente precaria la tan traída y llevada "españolidad de Canarias" no alcanza para que España pueda delimitar, por cuenta de Canarias, la ZEE de nuestro Archipiélago, que solo podrá ser instituida y promulgada desde el futuro Estado Archipelágico canario, libre y soberano, como Cabo Verde. Y la segunda, que la supuesta mediana entre Canarias y Marruecos solo y exclusivamente podrá ser negociada, para su correspondiente trazado, entre Marruecos, el Estado ribereño, y el Archipiélago costero canario, una vez sea un Estado libre y soberano, ¡¡no antes!!

Por tanto, el señor Quevedo (al igual que su jefe de filas, el señor Rodríguez) debería documentarse mejor en lugar de seguir diciendo tonterías -como hacen la mayoría de los políticos canarios sobre este particular- y repetir como loros lo que le interesa a España; que no puede erigirse en sujeto de Derecho Internacional por cuenta de Canarias para atribuirse, indebidamente, la soberanía de unos espacios marítimos aún por delimitar, y que, en todo caso, corresponde delimitarlos bilateralmente a Marruecos y Canarias, tal como establece taxativamente la vigente Ley del Mar, emanada de la Convención de Jamaica de 1982.

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