El Gobierno israelí aprobó ayer, en su reunión semanal, un protocolo que amplía sin precedentes los poderes del primer ministro, facilitando que este determine unilateralmente la agenda del Gabinete y vote en los comités ministeriales, informó el Ejecutivo en un comunicado.

Con la reforma, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, tendrá menos limitaciones para impulsar su agenda y controlar los debates en el seno del gobierno de coalición que lidera.

Según su oficina, la medida tiene como objeto "mejorar la gobernabilidad", informó el diario digital The Times of Israel.

El jefe del gobierno tendrá a partir de ahora control absoluto sobre el orden del día de las reuniones del Gabinete, lo que le permitirá dar prioridad sus propuestas y programar debates continuos de las mismas -aunque hayan sido previamente rechazadas- y posponer las sugeridas por otros ministros.

También controlará el orden de voto, y podrá retrasar las mociones planteadas por los comités ministeriales, a los que podrá unirse cuando considere oportuno y en los que tendrá derecho a votar.

Netanyahu y sus sucesores podrán tomar decisiones con votaciones telefónicas que se lleven a cabo en un plazo de doce horas, que podrá ser acortado o ampliado por decisión del primer ministro.

Algunos analistas han aventurado que los nuevos poderes podrían estar vinculados a la futura toma de decisiones sobre un posible ataque a las instalaciones nucleares de Irán, que Netanyahu parece favorecer más que varios de sus ministros.