Solo la voluntad de captar imágenes en condiciones meteorológicas extremas, afrontando las inclemencias de una treintena de grados centígrados bajo cero, hacen que la colección que expone el tinerfeño Néstor Rial en el Museo de Historia y Antropología, en el Palacio Lercaro de La Laguna, exprese ese "algo" insólito y sugerente de los parajes helados de Groenlandia.

El fotógrafo y expedicionario (La Laguna, 1977) captó en abril de 2011 los horizontes infinitos de aquellas latitudes cercanas al Polo Norte, combatiendo las dificultades técnicas generadas por un frío tan intenso para tomar instantáneas muy estéticas. "La batería del equipo mermaba rápidamente -recuerda-, a la vez que las lentes se escarchaban vertiginosamente, algo que complicaba y mucho todo el trabajo. En muchas ocasiones tuve que recurrir a la cámara compacta, porque las ventiscas hacían imposible otras alternativas".

En las dos salas del Museo se reparten unas cuarenta piezas seleccionadas por el también montañero lagunero: en una de ellas, a todo color y, en la otra, la colección en la que Rial plasma lo que él denomina el "blanco sobre blanco" de los parajes blancos que pudo encuadrar mientras formaba parte como colaborador en una expedición dedicada a investigaciones científicas sobre el cambio climático.

"Desde mi infancia, siempre me apasionó todo lo que concernía a las hazañas de los pioneros en la conquista del Polo Sur -Amudsen y Scott-. Con el contacto de un familiar que es geofísico en Estados Unidos, valoré la posibilidad de viajar a Groelandia e incorporarme al campamento científico suizo que lideraba Connie Stephens", detalla.

"Antes de eso -apostilla el también montañero- estuve de mochilero, pernoctando en mi tienda de campaña con temperaturas inclementes, y fue cuando tuve oportunidad de captar ángulos y ambientes de dos de las principales poblaciones de la isla -políticamente está constituida como una región autónoma perteneciente a Dinamarca-".

Así, entre sus trabajos instalando estaciones meteorológicas o desenterrando material sepultado por los desmoronamientos de los deshielos, Néstor Rial acopió un material de enorme valor testimonial y que, incluso, obtuvo un premio de fotografía en Barcelona: "Al público sugiero que contemple estas imágenes con ojos curiosos ante algo desconocido, como son estos parajes intactos de hielo eterno a los que no ha llegado el humano".

Panorámicas con las huellas de hielos horadados por el viento, perfiles humanos y sus rasgos a flor de piel en el hábitat gélido o la actividad humana en lugares inhóspitos contituyen la motivación de un conjunto artístico que solo alberga la pretensión de aligerar la mirada ante realidades vírgenes e insólitas.

La muestra, que podrá ser visitada hasta el próximo 12 de septiembre, ha sido patrocinada por el programa Septenio del Gobierno de Canarias y ha contado con la cesión del espacio por parte del Museo de Historia y Antropología de Tenerife.