El gobierno del PP, leal hasta lo indecible con los banqueros, con los especuladores y, sobre todo, con esa panda del Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y los que deciden en ese mal llamado Consejo de la Unión Europea, compuesto, entre otros, por perdedores en las elecciones de sus países, como son el señor Barroso y el señor Almunia, fieles a la señora Merkel y, sobre todo, a sus mandatos, no solo obedece las órdenes de toda esa gente, que además ninguno ha sido elegido por los ciudadanos, sino que se adelanta sometiendo a los españoles a unos inhumanos recortes, que están llevando a una gran parte de la población a la indigencia y al hambre física.

Uno de los penúltimos recortes que ha efectuado este Gobierno, incumplidor de sus promesas electorales, ha sido recortar el veinticinco por ciento del raquítico presupuesto destinado a las personas mayores, en concreto al Imserso. De 103 millones de euros ha pasado a quitarles 28 millones de euros, algo que para mí no tiene nombre, ya que el Imserso ha servido, durante los años que lleva funcionando, para que personas que lo dieron todo por nuestro país, con su trabajo, su sacrificio e incluso luchando contra el fascismo y el hambre de la posguerra, hayan podido ver por primera vez el mar. ¡Sí, el mar!, ya que muchas de ellas nunca pudieron ir de vacaciones ni moverse de su pueblo, y ahora llega este gobierno con una medida inhumana y les recorta esa posibilidad.

Señor Rajoy y compañía: en lugar de recortar a los más débiles, ¿por qué no saca dinero eliminando, por ejemplo, las diputaciones, que son órganos no elegidos por los ciudadanos, y que nos cuestan más de 21.260 millones de euros al año? ¿Y por qué no se cierra el Senado, que no vale para nada y nos cuesta más de 56 millones de euros?

Recorten de esos sitios, que solo sirven para que los partidos políticos saquen tajada colocando a su gente, y dejen de fastidiar a nuestros mayores.

Miguel Dueñas Muñoz

(Tarragona)

El binomio de la educación y la cultura

La fijación que tienen el BCE, Bruselas y los Gobiernos europeos con sus medidas para impulsar la formación de los jóvenes esconde otra realidad: quieren tener mano de obra barata impulsando una formación específica, exigiendo a su vez más restricciones en la educación general, y lo hacen por su doble aspecto (individual y social), enfocada desde un punto de vista social, moral, político e individual. Siendo el fin de la educación formar en cada uno ese ser social capaz de llevar una vida moral que le posibilite integrarse a la sociedad, creando en el hombre un ser nuevo.

Cada individuo logra "ser persona" en cuanto originalidad. Como dijo Aristóteles, "el hombre no es hombre más que porque vive en sociedad".

Pretenden volver a periodos anteriores a la Ilustración, eliminando los principios de la pequeña burguesía por el Estado del bienestar social, que se basaba en la revolución científica de la ciencia y la educación, no en la política absolutista, y para evitar ese espíritu se está siguiendo los pasos contrarios, empezando por la educación.

El gobierno pretende, con sus últimos recortes, coartar todo atisbo de una educación universal en igualdad, creando verdaderos guetos educativos, con el acceso a la Universidad cada vez más restringido para las clases populares. No ocultan su intención en aplicar las cadenas de esta nueva dictadura a las llagas no cicatrizadas de la antigua, siguiendo los tópicos más rancios del españolismo patrio, empezando por Unamuno, con el "que inventen los europeos", o aquellos de la extrema derecha expresados con más claridad: "Más alpargatas, menos libros".

El capital logrará lo que proclamó Dennis Gabor tras su huida de la Alemania nazi: "El hombre conquistador salió de la cueva, derrotó a las fieras, para, poco a poco y por medio de mucho ingenio, lograr derrotarse a sí mismo".

José Enrique Centén Martín